El lado bueno del colesterol malo

Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 28 Jun 2011
Un estudio revela que la lipoproteína de baja densidad (LDL), conocida comúnmente como el colesterol malo puede que no sea tan malo al fin y al cabo.

Investigadores en la Universidad de Texas A&M (TAMU; College Station, EUA), la Universidad del Estado de Kent (OH, EUA) y otras instituciones, examinaron 52 adultos con edades de 60-69 años, que estaban generalmente con buena salud, pero que no estaban activos físicamente y ninguno de los cuales participaba en un programa de entrenamiento. El estudio mostró que después de un trabajo físico bastante vigoroso, los participantes que habían ganado la mayoría de la masa muscular también tenían los niveles más altos de LDL. De acuerdo con los investigadores, este hallazgo ilustra que se requiere una cierta cantidad de colesterol malo para formar masa muscular durante el entrenamiento de resistencia.

Los investigadores añadieron que la formación de masa muscular es muy importante para detener una condición llamada sarcopenia, que es la pérdida de masa muscular debida al envejecimiento. Normalmente, se pierde a una tasa de 5% por década después de los 40 años, y después de los 60 años, se establece una sarcopenia moderada a severa en el 65% de todos los hombres y en el 30% de todas las mujeres. El LDL también sirve como una señal que alerta de otros factores subyacentes que son más peligrosos como fumar, una dieta inadecuada y falta de ejercicio. El estudio se publica en la revista Journal of Gerontology.

"El LDL tiene un propósito muy útil. Actúa como un signo de alerta de que hay algo mal y le señala al cuerpo estos signos de advertencia; funciona como debe funcionar", dijo el autor principal, Steve Riechman, PhD, MPH, un investigador en el departamento de salud y kinesiología de TAMU. "Todos necesitamos una cierta cantidad, tanto de LDL como de HDL en el cuerpo. Tenemos que cambiar la idea de que el LDL siempre es el malo - todos lo necesitamos y es necesario que haga su trabajo".

El LDL es uno de los cinco grupos principales de lipoproteínas que en orden de tamaño, mayor a menor, son los quilomicrones, VLDL, IDL, LDL y HDL; las lipoproteínas que permiten el transporte de lípidos como el colesterol y los triglicéridos en la sangre. Ya que las partículas de LDL también pueden transportar colesterol a la pared arterial, ser retenidas allí por los proteoglicanos arteriales y atraer a los macrófagos que engloban el LDL y comenzar la formación de placas, los niveles aumentados se asocian con la ateroesclerosis. Con el tiempo las placas vulnerables se rompen, activan la coagulación sanguínea y producen la estenosis arterial, que si es lo suficientemente severa produce síntomas de ataque cardiaco, apoplejía y enfermedad vascular periférica, además de eventos debilitantes principales.

Enlaces relacionados:

Texas A&M University
Kent State University

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