Posición prona ayuda a los pacientes con COVID-19 a respirar
Por el equipo editorial de HospiMedica en español Actualizado el 30 Jun 2020 |
Según un estudio nuevo, la oxigenación mejoró en los pacientes hospitalizados con COVID-19 con insuficiencia respiratoria hipoxémica grave cuando fueron colocados boca abajo.
Investigadores de la Universidad de Columbia (Nueva York, NY, EUA) realizaron un estudio en 88 pacientes con COVID-19 en abril de 2020. Los pacientes con COVID-19, confirmado por laboratorio en la unidad de cuidados intermedios de la Universidad de Columbia, fueron elegibles si tenían insuficiencia respiratoria grave, definida como frecuencia respiratoria de 30 respiraciones/minuto o más, o saturación de oxihemoglobina (SpO2) del 93% (o menos) mientras recibían oxígeno suplementario. Se les pidió a los 25 pacientes elegibles que se acostaran boca abajo durante el tiempo tolerado, hasta 24 horas al día. El resultado primario fue el cambio en SpO2 antes y una hora después del inicio de la posición prona.
Los resultados revelaron que una hora después del inicio, la SpO2 aumentó en una mediana del siete por ciento desde el inicio en pacientes despiertos y con respiración espontánea con al menos una sesión despierta de la posición prona, aunque siete de estos finalmente fueron intubados. Entre seis pacientes cuya SpO2 permaneció de menos del 95% después de la hora de la posición prona, todos menos uno fueron intubados. Entre 12 pacientes que requirieron intubación, tres murieron en la unidad de cuidados intensivos (UCI). Entre 13 pacientes que no requirieron intubación, nueve se recuperaron y fueron dados de alta, dos fueron trasladados a la sala médica y dos permanecieron en la unidad de cuidados intermedios. El estudio fue publicado el 17 de junio de 2020 en la revista JAMA Internal Medicine.
“Descubrimos que el uso de la posición prona para los pacientes despiertos y con respiración espontánea con insuficiencia respiratoria hipoxémica grave por COVID-19 se asoció con una mejor oxigenación. Además, los pacientes con una SpO2 del 95% o más después de una hora de la posición prona se asociaron con una tasa más baja de intubación”, concluyeron la autora principal, Sanja Jelic, MD, de la Universidad de Columbia, y sus colegas. “Se necesitan ensayos clínicos para establecer si la oxigenación mejorada después del uso de la posición prona en pacientes despiertos no intubados mejora la supervivencia”.
Desde diciembre de 2019, la COVID-19 ha producido una morbilidad y mortalidad considerables en todo el mundo. La dificultad respiratoria grave se considera la principal causa de muerte como consecuencia del coronavirus, aunque la COVID-19 no es considerado un síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) típico. Los estudios muestran que los pacientes con lesión cardíaca presentan una enfermedad respiratoria aguda mucho más grave, que se manifiesta por hallazgos anormales de laboratorio y radiográficos, como niveles más altos de PCR, NT-proBNP y creatinina y más moteado múltiple y opacidad de vidrio esmerilado en las TC.
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Universidad de Columbia
Investigadores de la Universidad de Columbia (Nueva York, NY, EUA) realizaron un estudio en 88 pacientes con COVID-19 en abril de 2020. Los pacientes con COVID-19, confirmado por laboratorio en la unidad de cuidados intermedios de la Universidad de Columbia, fueron elegibles si tenían insuficiencia respiratoria grave, definida como frecuencia respiratoria de 30 respiraciones/minuto o más, o saturación de oxihemoglobina (SpO2) del 93% (o menos) mientras recibían oxígeno suplementario. Se les pidió a los 25 pacientes elegibles que se acostaran boca abajo durante el tiempo tolerado, hasta 24 horas al día. El resultado primario fue el cambio en SpO2 antes y una hora después del inicio de la posición prona.
Los resultados revelaron que una hora después del inicio, la SpO2 aumentó en una mediana del siete por ciento desde el inicio en pacientes despiertos y con respiración espontánea con al menos una sesión despierta de la posición prona, aunque siete de estos finalmente fueron intubados. Entre seis pacientes cuya SpO2 permaneció de menos del 95% después de la hora de la posición prona, todos menos uno fueron intubados. Entre 12 pacientes que requirieron intubación, tres murieron en la unidad de cuidados intensivos (UCI). Entre 13 pacientes que no requirieron intubación, nueve se recuperaron y fueron dados de alta, dos fueron trasladados a la sala médica y dos permanecieron en la unidad de cuidados intermedios. El estudio fue publicado el 17 de junio de 2020 en la revista JAMA Internal Medicine.
“Descubrimos que el uso de la posición prona para los pacientes despiertos y con respiración espontánea con insuficiencia respiratoria hipoxémica grave por COVID-19 se asoció con una mejor oxigenación. Además, los pacientes con una SpO2 del 95% o más después de una hora de la posición prona se asociaron con una tasa más baja de intubación”, concluyeron la autora principal, Sanja Jelic, MD, de la Universidad de Columbia, y sus colegas. “Se necesitan ensayos clínicos para establecer si la oxigenación mejorada después del uso de la posición prona en pacientes despiertos no intubados mejora la supervivencia”.
Desde diciembre de 2019, la COVID-19 ha producido una morbilidad y mortalidad considerables en todo el mundo. La dificultad respiratoria grave se considera la principal causa de muerte como consecuencia del coronavirus, aunque la COVID-19 no es considerado un síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) típico. Los estudios muestran que los pacientes con lesión cardíaca presentan una enfermedad respiratoria aguda mucho más grave, que se manifiesta por hallazgos anormales de laboratorio y radiográficos, como niveles más altos de PCR, NT-proBNP y creatinina y más moteado múltiple y opacidad de vidrio esmerilado en las TC.
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