Primer sensor de temperatura inalámbrico implantable monitorea enfermedad inflamatoria intestinal crónica

La enfermedad de Crohn es una inflamación crónica de los intestinos que provoca problemas digestivos, pérdida de peso, desnutrición y diversas complicaciones. Para aquellos con síntomas leves, los medicamentos orales son tratamientos comunes. Sin embargo, estos medicamentos a menudo pierden eficacia con el tiempo, lo que hace que alrededor del 70 % de las personas con enfermedad de Crohn requieran cirugía para extirpar partes dañadas de sus intestinos en algún momento. Detectar los brotes inflamatorios a tiempo ha sido un desafío para los médicos, y muchos episodios pasan desapercibidos para los pacientes hasta que se vuelven graves y requieren una cirugía invasiva. Los investigadores han creado el primer sensor implantable inalámbrico que puede monitorear los cambios de temperatura en el intestino, señalando la inflamación en tiempo real en pacientes con enfermedad de Crohn. Esta innovación posibilita un seguimiento continuo, lo que potencialmente permite a los médicos intervenir antes para prevenir o minimizar el daño causado por la inflamación.

Desarrollado por investigadores de la Universidad Northwestern (Evanston, IL, EUA), este sensor altamente miniaturizado que se asemeja a una pequeña cápsula redonda está diseñado para comunicación inalámbrica y puede integrarse sin problemas en el sistema gastrointestinal. Funciona sin alterar los procesos naturales del cuerpo, lo que permite períodos de monitoreo prolongados. El equipo de investigación probó este sensor de temperatura en ratones con enfermedad de Crohn para ver si podía proporcionar información inmediata sobre la progresión de la enfermedad y detectar brotes inflamatorios repentinos. Durante casi cuatro meses, el monitoreo continuo de la temperatura mediante estos sensores inalámbricos reveló patrones distintivos, incluidos cambios en los ritmos circadianos naturales, conocidos como ritmos ultradianos, que señalaron el inicio de respuestas inflamatorias. También notaron una disminución gradual en la temperatura intestinal promedio durante semanas o meses, lo que se correlaciona con la disminución de la salud de los tejidos. Este enfoque de seguimiento de los cambios de temperatura podría beneficiar no sólo a los pacientes con enfermedad de Crohn sino también a aquellos con colitis ulcerosa o cualquier afección caracterizada por inflamación a largo plazo. Después de demostrar éxito en modelos de ratón, el equipo ahora busca evaluar la efectividad del sensor en tejidos humanos que simulan las condiciones inflamatorias encontradas en la enfermedad inflamatoria intestinal.

"La magnitud del brote se puede medir con respecto a la señal de calor", dijo Arun Sharma, profesor asociado de investigación de urología en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern. “¿Es tan extenso que causará daño tisular con el tiempo? Esto podría prevenirse potencialmente si un médico tiene esta información a mano y puede determinar qué tipo de terapia se puede administrar a esa persona en ese momento, en lugar de esperar semanas para obtener un análisis de sangre, una biopsia de tejido o un análisis fecal. Mientras tanto, estás perdiendo valiosos minutos en relación con el daño tisular con este evento inflamatorio”.

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