Válvula cardíaca innovadora combina tecnologías de reemplazo mecánico y de tejido

Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 24 Sep 2024

Cuando un paciente necesita una nueva válvula cardíaca, las opciones actuales de reemplazo mecánico y de tejido tienen sus propias fortalezas y debilidades. Las válvulas de tejido generalmente funcionan mejor que las mecánicas debido a su forma, pero suelen durar solo de 15 a 20 años, lo que requiere un reemplazo futuro. Las válvulas mecánicas pueden durar toda la vida pero no funcionan tan eficazmente como las de tejido y requieren que los pacientes tomen anticoagulantes diariamente. Ahora, un equipo de investigadores cree haber encontrado una forma de combinar las ventajas de ambas tecnologías de una manera que podría ser transformadora y salvar la vida de muchas personas.

Un equipo de investigación de la UBC Okanagan (Kelowna, Canadá) ha desarrollado una válvula cardíaca que combina las mejores características de las tecnologías de tejidos y mecánicas, superando potencialmente a las válvulas actuales. Su última creación, llamada iValve, es la más avanzada hasta la fecha e integra los aspectos óptimos de las válvulas mecánicas y de tejidos para el reemplazo de válvulas cardíacas. Si bien los reemplazos mecánicos de válvulas cardíacas se han utilizado durante mucho tiempo, un desafío persistente ha sido perfeccionar la tecnología para los corazones más pequeños, como los de los infantes. Lo que hace que la iValve sea particularmente emocionante es que está diseñada específicamente para aplicaciones de frecuencia cardíaca alta, como en pacientes pediátricos. La nueva iValve también podría mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes que actualmente se someten a terapia regular con anticoagulantes, que pueden aumentar el riesgo de sangrado severo, coágulos de sangre o daño a tejidos y órganos si el flujo sanguíneo se ve impedido.


Imagen: Se muestran vistas isométricas renderizadas de la iValve en las posiciones A) cerrada y B) abierta (Foto cortesía del Journal of Biomechanics)

Esta válvula está diseñada para permitir que la sangre fluya hacia la aorta, la arteria más grande del cuerpo y el vaso que transporta sangre rica en oxígeno desde el corazón a todo el cuerpo. El próximo objetivo de los investigadores es aplicar sus hallazgos para desarrollar un reemplazo para la válvula mitral, que asegura que la sangre fluya desde la aurícula izquierda al ventrículo izquierdo y y previene que retroceda entre estas dos cámaras. Su investigación ha sido publicada en el Journal of Biomechanics. Ahora que su prototipo está funcionando bien en pruebas mecánicas de laboratorio,los investigadores planean avanzar a pruebas en animales y ensayos clínicos. Si todo va como está previsto, esperan que la iValve pueda estar lista para estos ensayos dentro de dos años.

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UBC Okanagan


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