Pérdida auditiva es prevalente en niños post cirugía cardíaca neonatal
Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 14 Mar 2018
Un nuevo estudio revela que los niños a quienes les realizan una cirugía cardíaca cuando son bebés corren el riesgo de perder la audición y de sufrir una serie de otros resultados del neurodesarrollo.Actualizado el 14 Mar 2018
Investigadores del Hospital de Niños de Filadelfia (CHOP; PA, EUA), realizaron un estudio audiológico y de neurodesarrollo en 348 niños a quienes les practicaron una reparación de una cardiopatía congénita (CC), como parte de un estudio prospectivo para evaluar los resultados sobre el desarrollo neurológico de los niños a los cuatro años. Se calculó una estimación de prevalencia basada en la presencia y el tipo de pérdida auditiva, los factores operativos y del paciente asociados con la pérdida de la audición y la relación de la pérdida auditiva con el lenguaje, la atención, el conocimiento y otros resultados del desarrollo neurológico.
Los resultados revelaron que la prevalencia general de la pérdida de la audición era del 21,6%, una tasa 20 veces mayor que la encontrada en la población general. La incidencia de pérdida auditiva conductiva, pérdida auditiva neurosensorial y pérdida auditiva indeterminada fue de 12,4%, 6,9% y 2,3%, respectivamente. Solo en 18 de 348 pacientes (5,2%) se habían practicado pruebas de detección de pérdida de audición antes del estudio, y 10 usaban un audífono. Después de ajustar para las covariables del paciente y de la operación, la edad gestacional más joven, la mayor duración postoperatoria de la estancia y una anomalía genética confirmada, se asociaron con la pérdida de la audición.
Los investigadores no encontraron ninguna asociación con factores de manejo quirúrgico modificables, pero mencionaron que los posibles contribuyentes a la pérdida auditiva, como los ruidos de alta frecuencia en las unidades de cuidados intensivos (UCI) y la exposición a medicamentos con efectos secundarios que dañan la audición podrían estar involucrados, aunque el estudio no examinó directamente ninguno de los factores de riesgo potenciales. Los niños con pérdida auditiva también tuvieron puntajes más bajos en las mediciones de las habilidades del lenguaje, la cognición (pruebas de coeficiente de inteligencia) y la función y atención ejecutiva. El estudio fue publicado en la edición de enero de 2018 de la revista Journal of Pediatrics.
“Idealmente, a todos los recién nacidos les deberían practicar exámenes para detectar la pérdida auditiva antes de un mes de edad, con un diagnóstico a los tres meses y servicios de intervención iniciados antes de los seis meses, según las pautas nacionales emitidas por el Comité Conjunto de Audición Infantil”, dijo la coautora del estudio la autora Carol Knightly, AuD, CCC-A, directora principal del centro CHOP para la comunicación infantil. “Este examen de detección del recién nacido para pérdida auditiva ya es el estándar de atención en el CHOP”.
La pérdida de audición es un efecto secundario raro pero conocido de la cirugía. Tanto el tipo de anestesia como la cirugía que se realiza pueden influir sobre el riesgo de desarrollar pérdida auditiva. La anestesia epidural puede cambiar la circulación de líquido alrededor del cerebro y la médula espinal, y también puede afectar el líquido dentro del oído. También se informó la pérdida de la audición después de una cirugía cardíaca que implica una derivación cardiopulmonar, posiblemente debido a que los microembolos se mueven al torrente sanguíneo y a los vasos sanguíneos del oído.
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