Nuevos hallazgos de estudio permitirán tratamientos contra hemorragias más seguros
Actualizado el 28 May 2025
Durante muchos años se ha entendido que los coágulos sanguíneos desempeñan un papel fundamental para detener las hemorragias, pero que deben disolverse con el tiempo para que el cuerpo recupere su funcionamiento normal. Una preocupación persistente ha sido que inhibir esta disolución podría provocar la formación de coágulos peligrosos, conocidos como trombosis. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que bloquear o reducir la proteína responsable de la disolución de los coágulos sanguíneos no implica necesariamente un mayor riesgo de formación de coágulos perjudiciales. Estos hallazgos ofrecen nuevos conocimientos sobre el proceso de formación y disolución de coágulos y podrían cambiar la forma en que los médicos tratan a los pacientes con riesgo de hemorragia excesiva.
Investigadores de la Facultad de Medicina de la UNC (Chapel Hill, NC, EUA) descubrieron que detener la descomposición de los coágulos sanguíneos no eleva automáticamente el riesgo de desarrollar trombosis peligrosas, una preocupación que ha limitado durante mucho tiempo el uso de ciertos medicamentos en personas propensas a sangrar. En su estudio, publicado en la revista Blood, el equipo utilizó diversos métodos, incluyendo el análisis de pacientes que carecen de forma natural de una proteína clave en la disolución de coágulos, el uso de modelos de ratones modificados genéticamente y el estudio de genes y proteínas involucrados en la regulación del proceso de descomposición de los coágulos. En todos los enfoques, los resultados fueron consistentes: inhibir o reducir la actividad de la proteína responsable de la disolución de los coágulos no favoreció la formación de trombosis.
Estos hallazgos son particularmente significativos para pacientes con sangrado severo o recurrente, como víctimas de traumas, personas con trastornos hemorrágicos o mujeres con sangrado menstrual abundante. Medicamentos como el ácido tranexámico, que actúan previniendo la disolución del coágulo, han demostrado ser eficaces para reducir el sangrado, pero la preocupación por el riesgo de coagulación a menudo ha llevado a evitarlos. El estudio subraya no solo un avance significativo en el conocimiento científico, sino también la importancia crucial de la investigación biomédica para avanzar en la atención al paciente y mejorar los resultados de salud.
“Esta investigación nos ayuda a comprender mejor la biología de los coágulos y también nos confirma que estos tratamientos para el sangrado podrían ser más seguros de lo que se creía”, afirmó la Dra. Alisa Wolberg, quien dirigió el estudio. “Esto significa que más pacientes que necesitan estos medicamentos podrían recibirlos”.