Monitor cardíaco insertable con la batería de mayor duración del mundo ayuda a monitorear ritmos cardíacos a largo plazo

Las arritmias, o latidos cardíacos irregulares, pueden ser muy aleatorias, lo que complica el diagnóstico de muchos pacientes. Los monitores cardíacos insertables (ICM, por sus siglas en inglés), pequeños dispositivos con sensores que se insertan justo debajo de la piel del tórax, tienen como objetivo facilitar un monitoreo cardíaco constante y en tiempo real para detectar e identificar arritmias que pueden desencadenar síntomas como desmayos, pulso irregular y dificultad para respirar. Ahora, un ICM que cuenta con la batería de mayor duración del mundo ofrece monitoreo a largo plazo y programación remota para mejorar la conectividad del paciente. El dispositivo ofrece un monitoreo constante de los ritmos cardíacos anormales e incluye características destinadas a mejorar la gestión de datos y el flujo de trabajo dentro de la práctica de un médico.

La mayoría de los ICM disponibles comercialmente monitorean los ritmos cardíacos de una persona durante un par de años, pero Assert-IQ de Abbott (Abbott Park, IL, EUA) presenta dos opciones con una duración mínima de la batería de tres o seis años, ofreciendo a los médicos un nuevo nivel de flexibilidad en el seguimiento diagnóstico. Si bien la opción de tres años podría ser más adecuada para el monitoreo tradicional, como el diagnóstico de desmayos, palpitaciones cardíacas o detecciones de ritmos cardíacos anormales, la opción de duración de la batería de seis años permite a los médicos monitorear a los pacientes durante un período prolongado. Esta monitorización a largo plazo puede ser crucial para las personas que se someten a terapia, las que se han sometido recientemente a un procedimiento de ablación cardíaca o las que corren el riesgo de desarrollar más arritmias, como la fibrilación auricular. Ambas opciones cuentan con algoritmos avanzados para detectar latidos cardíacos irregulares y proporcionar datos clínicamente procesables.

Con la integración de la tecnología Bluetooth, el ICM Assert-IQ de Abbott está diseñado para permanecer conectado a un transmisor, generalmente el propio teléfono celular del paciente, donde verifica los ritmos cardíacos cada 20 segundos y transmite los resultados en tiempo real al portal de la clínica. Además, algunos modelos de ICM Assert-IQ se pueden programar de forma remota, lo que permite a los médicos ajustar la configuración del dispositivo, optimizar el rendimiento y reducir las alertas o transmisiones innecesarias, todo sin necesidad de que el paciente visite la clínica. El ICM Assert-IQ también ofrece capacidades de diagnóstico avanzadas para proporcionar a los médicos más información clínicamente pertinente sobre la salud cardiovascular del paciente, lo que permite a los proveedores de atención médica tomar decisiones clínicas más rápidas. Abbott obtuvo la autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EUA (FDA) para su ICM Assert-IQ, brindando a los médicos una nueva alternativa para la evaluación diagnóstica y el monitoreo a largo plazo de personas que experimentan latidos cardíacos irregulares.

"A medida que aumenta la incidencia de ritmos cardíacos anormales como la fibrilación auricular, más médicos recurren a la tecnología de ICM para monitorear a sus pacientes de forma remota y detectar mejor la causa de los síntomas que pueden afectar la salud general y la calidad de vida", dijo el Dr. Leonard Ganz, vicepresidente divisional de asuntos médicos y director médico del negocio de gestión del ritmo cardíaco de Abbott. "Hasta ahora, los monitores cardíacos insertables han permitido el control remoto de los pacientes, pero carecían de la longevidad necesaria para controlarlos a largo plazo. El ICM Assert-IQ de Abbott ofrece a los médicos un dispositivo de salud conectado que los ayudará a brindar la mejor atención a sus pacientes mientras toman decisiones de tratamiento más precisas e informadas".

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