La contaminación del aire es responsable por millones de episodios de asma en las salas de urgencias

Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 03 Dec 2018
De acuerdo con un estudio nuevo, la contaminación del aire ambiental es un contribuyente importante a la carga mundial de asma, responsable de millones de visitas a las salas de urgencias (SU).

Investigadores en la Universidad Dalhousie (Halifax, NS, Canadá), la Universidad George Washington (GW; Washington, DC, EUA), el Instituto del Medio Ambiente de Estocolmo (York, Reino Unido) y otras instituciones, examinaron diversas tasas nacionales y regionales de consultas a emergencias, tasas de incidencia y prevalencia de asma basales y concentraciones de contaminantes para determinar el número de visitas a emergencias por el asma y los casos nuevos de asma a nivel mundial que podrían atribuirse a la concentración de partículas finas (PM2,5), ozono y dióxido de nitrógeno (NO2).

Imagen: La contaminación del aire es un contribuyente importante a la carga global de asma, según un estudio nuevo (Fotografía cortesía de 123rf.com).

Los resultados mostraron que el ozono, un contaminante generado cuando las emisiones de automóviles, centrales eléctricas y otras fuentes de combustión interactúan con la luz solar, puede desencadenar entre 9 y 23 millones de consultas anuales a la sala de emergencias; cinco a 10 millones de consultas a la sala de emergencias para el asma (4-9% del total de las visitas a la sala de emergencias para el asma global) se vincularon a PM2,5, pequeñas partículas de contaminantes que pueden alojarse en las vías respiratorias de los pulmones. El amplio rango de estimaciones refleja la aplicación de aproximaciones de riesgo centrales de diferentes metaanálisis epidemiológicos.

Se estimó que aproximadamente la mitad de las consultas a la sala de emergencias de asma atribuidas al aire sucio ocurrieron en los países del sur y este de Asia, especialmente en India y China. Y, a pesar de que el aire en los Estados Unidos es relativamente limpio en comparación con los países del sur y este de Asia, se estimó que el ozono y las partículas contribuyen al 8-21% y al 3-11% de las consultas a emergencias de asma en los Estados Unidos, respectivamente. Los investigadores sugieren que países como India y China pueden verse más afectados por la carga del asma porque tienen una gran población y tienden a tener menos restricciones en las fábricas que arrojan humo y otras fuentes de contaminación.

Las emisiones derivadas de los seres humanos fueron responsables de aproximadamente el 37% y el 73% de los impactos de asma por el ozono y por las PM2,5 en las salas de urgencia, respectivamente. Los impactos restantes fueron atribuibles a las emisiones de precursores de ozono que ocurren naturalmente, como las de la vegetación y los rayos, y también debido a factores de PM2,5 como el polvo y la sal marina, aunque varias de estas fuentes también están influenciadas por los seres humanos. Como se informó, los mayores impactos sobre las salas de urgencia se encontraron en China e India. El estudio fue publicado el 24 de octubre de 2018, en la revista Environmental Health Perspectives.

“Sabemos que la contaminación del aire es el principal factor de riesgo para la salud ambiental a nivel mundial. Millones de personas en todo el mundo tienen que acudir a las salas de emergencia debido a ataques de asma cada año porque respiran aire sucio”, dijo la autora principal, Susan Anenberg, PhD, MSc, profesora asociada de salud ambiental y ocupacional en GW. “El rango de los impactos a la salud pública mundial por respirar aire sucio es, incluso, de mayor alcance y comprende millones de ataques de asma cada año. Las políticas dirigidas a limpiar el aire pueden reducir la carga global del asma y mejorar la salud respiratoria en todo el mundo”.

El asma es la enfermedad respiratoria crónica más prevalente en todo el mundo y afecta a unos 358 millones de personas. Se caracteriza por síntomas recurrentes, variables, obstrucción reversible del flujo de aire y broncoespasmo. Los síntomas incluyen episodios de sibilancias, tos, opresión en el pecho y dificultad para respirar, que pueden ocurrir varias veces al día o varias veces por semana. El diagnóstico generalmente se basa en el patrón de los síntomas, la respuesta a la terapia a lo largo del tiempo y la espirometría.

Enlace relacionado:
Universidad Dalhousie
Universidad George Washington
Instituto del Medio Ambiente de Estocolmo




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