La comunidad bacteriana del intestino ayuda a prevenir la diabetes
Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 25 Feb 2013
Un nuevo estudio revela que los huéspedes con bacterias comensales robustas, que viven en su intestino, producen sustancias bioquímicas y hormonas que impedirían el desarrollo de la diabetes.Actualizado el 25 Feb 2013
Investigadores de la Universidad de Berna (Suiza) y la Universidad de Toronto (Canadá) demostraron, en un modelo de ratón, una interacción directa entre las hormonas sexuales y las exposiciones microbianas, en el inicio de la vida, en el control de la autoinmunidad en el modelo de ratón diabético no obeso (NOD) de diabetes tipo 1 (DM1). Los investigadores demostraron que la colonización intestinal por microbios comensales elevó los niveles de testosterona en suero y protegió a los ratones NOD masculinos de la DM1.
Imagen: Células intestinales (azules) cubiertas con una capa muy gruesa y densa de bacterias (rojo) (Fotografía cortesía del Dr. Li Hai, Universidad de Berna).
Además, la transferencia de las bacterias intestinales de los varones adultos a las hembras inmaduras alterado su microbiota, elevó los niveles de testosterona y realizó varios cambios metabolómicos que redujeron la inflamación de los islotes y la producción de autoanticuerpos, proporcionando a las hembras una protección robusta adquirida contra la DM1. Los investigadores también encontraron que estos efectos dependían de la actividad del receptor de andrógenos, y concluyeron que la comunidad microbiana comensal podría ayudar a alterar los niveles de hormonas sexuales, y regular o cambiar el destino de las enfermedades autoinmunes en individuos con alto riesgo genético. El estudio fue publicado el 17 de enero de 2013, en la revista Science.
“Esperamos que nuestra nueva comprensión de cómo las bacterias intestinales pueden proteger a los niños susceptibles de desarrollar diabetes nos permitirá comenzar a desarrollar nuevos tratamientos para evitar que los niños contraigan la enfermedad”, dijo el coautor del estudio, el profesor Andrew Macpherson, MD, PhD, de la Clínica de Cirugía Visceral y Medicina de la Universidad de Berna.
El cuerpo humano promedio, que consta de unos diez billones de células, tiene alrededor de diez veces ese número de microorganismos en el intestino. La actividad metabólica realizada por estas bacterias es igual a la de un órgano, por lo que las bacterias intestinales son denominadas un órgano “olvidado”. La relación entre la flora intestinal y los seres humanos no es meramente comensal, sino más bien es una relación mutuamente simbiótica; los microorganismos realizan una serie de funciones útiles, tales como la fermentación de sustratos de energía sin utilizar, el entrenamiento del sistema inmune, evitando el crecimiento de especies nocivas, la regulación del desarrollo del intestino, la producción de vitaminas para el huésped (por ejemplo, biotina y vitamina K), y la producción de hormonas para dirigir al huésped a almacenar grasas.
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University of Bern
University of Toronto