Asocian infecciones de implantes cardiacos con alta morbilidad
Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 30 May 2012
Un nuevo estudio ha encontrado que los pacientes con endocarditis infecciosa y dispositivos cardiacos (CDIE) tienen una tasa de mortalidad y morbilidad, altas y parecen beneficiarse de un retiro temprano del dispositivo.Actualizado el 30 May 2012
Investigadores del Centro Médico de la Universidad Duke (Duke; Durham, NC, EUA), la Universidad de Nueva Gales del Sur (Sídney, Australia), y otras 59 instituciones en 28 países, realizaron un estudio prospectivo de cohorte usando datos del Estudio de la Colaboración Internacional sobre Endocarditis-Cohorte Prospectiva (ICE-PCS), realizado entre junio 2000 y agosto 2006. Los participantes eran adultos hospitalizados con endocarditis clara, de acuerdo a los criterios modificados de endocarditis de Duke. Las medidas de resultado primaras eran mortalidad intra-hospitalaria y al cabo de un año, y la asociación entre el retiro del dispositivo durante el índice de hospitalización y el resultado.
Los resultados mostraron que se diagnosticó CDIE en 177 del total de una cohorte de 2.760 pacientes con endocarditis infecciosa clara; las tasas de mortalidad en el hospital y después de año fueron del 14,7% y 23,2%, respectivamente. El perfil clínico de la CDIE incluyó edad avanzada del paciente (edad media 71,2 años), la causalidad por estafilococos (42,5% Staphylococcus aureus y el 31,6% por estafilococos coagulasa-negativos), y una prevalencia alta de infección asociada al cuidado de la salud. Hubo participación coexistente de válvulas en 66 (37,3%) de los pacientes, en especial, infección de la válvula tricúspide, con una mortalidad asociada superior. Se encontró una ventaja de la supervivencia a un año para el retiro del dispositivo durante la hospitalización inicial (19,9%), en comparación con aquellos en que no se retiró el dispositivo (38,2%). El estudio fue publicado en la edición del 25 de abril de 2012, de la revista Journal of the American Medical Association (JAMA).
“Las altas tasas de mortalidad enfatizan la necesidad de mejorar las medidas preventivas, incluyendo la descontaminación óptima de la piel y la administración de antibióticos adecuados en el momento de la inserción o la manipulación del dispositivo cardíaco, y una cuidadosa atención a los procedimientos invasivos o intravasculares, realizados después de la implantación del dispositivo”, concluyeron, el coautor del estudio, Andrew Wang, MD, de Duke, y sus colegas. “Teniendo en cuenta que el número de dispositivos cardiovasculares implantables electrónicos, colocados, están aumentando rápidamente, se necesitan nuevos estudios sobre la prevención y el tratamiento de la endocarditis infecciosa asociados a los dispositivos”.
Enlaces relacionados:
Duke University Medical Center
University of New South Wales