Drogas disgregadoras de coágulos son más seguras bloqueando efectos tóxicos
Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 18 May 2009
Extraer genéticamente a LRP1, una molécula que parece transmitir las señales de inflamación activadas por el activador de plasminógeno tisular (tPA), de células cerebrales de microglia en ratones suaviza el impacto de la tPA en el cerebro, de acuerdo con un nuevo estudio. Actualizado el 18 May 2009
Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Emory (Emory, Atlanta, GA, EUA) encontraron que la oclusión de la arteria cerebral media (MCAO) indujo la activación de las células de la microglia en ratones tipo salvaje y deficientes en plasminógeno. Sin embargo, la activación inducida de la microglia por MCAO estaba muy disminuida en ratones deficientes de tPA y en ratones que carecían de LRP1 (un gen receptor de lipoproteína de baja densidad que también se encuentra en las neuronas y los astrocitos) en las mismas células. Los investigadores luego observaron un aumento significativo en la activación de la microglia cuando los ratones deficientes de tPA recibieron tratamiento con tPA de ratón, después de la MCAO. Finalmente, el tratamiento de los ratones con células de microglia deficientes en LRP1, con tPA no tuvo un efecto sobre la extensión de la activación de la microglia. Los investigadores concluyeron que esos resultados indican que la interacción entre tPA (una serina proteinasa) y LRP1 induce la activación de la microglia con la generación de una respuesta inflamatoria en el cerebro isquémico, sugiriendo un papel semejante a citoquina para el tPA en el sistema nervioso central (SNC).
"tPA es una proteína liberada naturalmente por el cuerpo en respuesta a un coágulo sanguíneo”, dijo el autor principal Manuel Yepes, M.D., Ph.D., un profesor asistente de neurología de Emory. "Nuestra estrategia fue mostrar que bloqueando LRP1, se puede prevenir la respuesta inflamatoria a tPA. Esto se puede hacer genéticamente borrando LRP1, o quizás farmacológicamente”.
Desde el lanzamiento de la droga salvadora de vidas, disgregadora del coágulo, tPA, hace más de una década, se ha estado acumulando evidencia de que tPA puede ser una espada de doble filo para un cerebro afectado por la apoplejía. Los médicos en los hospitales comunitarios con frecuencia son renuentes a administrar tPA a los pacientes que parecen tener una apoplejía, puesto que tPA también aumenta la permeabilidad de la barrera hemato-encefálica, atravesando el tejido cerebral y generando inflamación, contribuyendo así al daño celular cerebral.
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Emory University School of Medicine