Tratamiento quirúrgico de la estenosis grave de la arteria carótida beneficia la barrera hematoencefálica
Actualizado el 13 Oct 2025
La estenosis de la arteria carótida se produce cuando depósitos grasos o calcificados estrechan las carótidas, los principales vasos que suministran sangre rica en oxígeno al cerebro. Esta afección reduce el flujo sanguíneo, aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular y puede alterar la barrera hematoencefálica (BHE), una barrera celular protectora que controla el intercambio de sustancias entre el cerebro y el torrente sanguíneo. La consiguiente privación de oxígeno y la disfunción vascular contribuyen al deterioro cognitivo y a las complicaciones neurológicas. Ahora, un nuevo estudio clínico ha demostrado que la intervención quirúrgica puede restaurar el flujo sanguíneo cerebral y la integridad de la BHE en los pacientes afectados.
Investigadores del Centro Nacional de Investigación Clínica de Enfermedades Neurológicas de China (NCRC-ND, Pekín, China) llevaron a cabo un estudio clínico para investigar cómo la endarterectomía carotídea (CEA), un procedimiento quirúrgico que elimina bloqueos arteriales, afecta la BHE en pacientes con estenosis bilateral de la arteria carótida. El estudio, publicado en el Chinese Neurosurgical Journal, incluyó a 17 pacientes con estenosis grave del 70 % o mayor en ambas arterias carótidas.
Los participantes se sometieron a imágenes cerebrales mediante tomografías computarizadas de perfusión (CTP) una semana antes y varios meses después de la cirugía para medir el flujo sanguíneo cerebral (FSC), el volumen sanguíneo cerebral (VSC), el tiempo medio de tránsito (MTT), el tiempo hasta el pico (TTP) y la permeabilidad de la BHE (PS).
Antes de la cirugía, el lado operatorio mostró una disminución del FSC y un aumento en los MTT y del TTP en comparación con el lado no operatorio, lo que indica un flujo sanguíneo lento y un retraso en la perfusión. Los valores de VSC y permeabilidad eran similares en ambos lados, lo que sugiere un aumento de la permeabilidad de la BHE pero sin recuperación estructural.
Sin embargo, después de la cirugía, el lado operatorio mostró mejoras notables: el FSC aumentó, mientras que el VSC, el MTT, el TTP y el PS disminuyeron, lo que refleja la restauración de la dinámica sanguínea y la normalización de la función de la BHE. El lado no operatorio se mantuvo sin cambios debido a la persistencia de una obstrucción grave.
Estos hallazgos confirman que la CEA puede revertir las alteraciones hemodinámicas cerebrales y reparar la disfunción de la BHE en las arterias tratadas. Al mejorar tanto el flujo sanguíneo como la integridad de la barrera, el procedimiento puede prevenir la recurrencia del ictus y mitigar el deterioro cognitivo asociado a la insuficiencia vascular. Los autores destacan que estos efectos también podrían favorecer la recuperación neurológica a largo plazo, lo que convierte a la cirugía en una intervención valiosa más allá de su función tradicional en la prevención del ictus.
Los resultados del estudio subrayan la importancia del tratamiento quirúrgico precoz en pacientes con estenosis carotídea de alto grado. Una mejor comprensión de la restauración de la BHE tras la cirugía podría orientar futuras intervenciones y estrategias de seguimiento basadas en imágenes. Se prevé que futuros estudios multicéntricos exploren la duración y la magnitud de la normalización de la BHE en poblaciones más amplias y con diferentes grados de estenosis.
“Dado el papel de la BHE en las funciones cognitivas, es importante examinar si la CEA puede estabilizar la BHE y potencialmente mejorar la recuperación cognitiva a largo plazo en pacientes con estenosis de la arteria carótida”, dijo el Dr. Yan Zhang, autor principal.
Enlaces relacionados:
NCRC-ND