La terapia de ablación podría tratar los trastornos estomacales al corregir la activación eléctrica anormal

La actividad arrítmica en el corazón, resulta en un latido cardíaco irregular y una afección llamada fibrilación auricular. Esto a menudo se trata con terapia de ablación, la "quema" precisa de tejido para controlar la electricidad que ocurre naturalmente en el corazón. Ahora, los investigadores han demostrado que la técnica también podría aplicarse para controlar la actividad bioeléctrica subyacente de "onda lenta" en el estómago para el tratamiento potencial de trastornos de la función gástrica.

El año pasado, un equipo de investigadores del Instituto de Bioingeniería de Auckland (Auckland, Nueva Zelanda) publicó los resultados iniciales de su investigación realizando ablaciones en el estómago, demostrando que es posible utilizar la ablación para bloquear la activación eléctrica del estómago en zonas localizadas. En circunstancias normales, el estómago está coordinado por la actividad bioeléctrica subyacente de "onda lenta", que coordina la contracción de los músculos que mezclan y mueven los contenidos hacia y a través del tracto gastrointestinal (GI). Cuando estas ondas eléctricas lentas no funcionan como deberían, lo que se describe como "disritmias estomacales", pueden provocar trastornos GI graves y síntomas de náuseas, vómitos, dolor e hinchazón.

“El artículo más reciente se basa en ese trabajo fundamental, en el que nos hemos centrado en la ablación para inhibir sitios específicos de activación eléctrica en el estómago”, dijo el Dr. Tim Angeli-Gordon, quien supervisó la investigación. “Este es un avance importante porque ahora hemos demostrado que podemos eliminar la activación eléctrica anormal con ablación y también que la activación eléctrica normal del estómago se puede restaurar después de la ablación. Aunque estos estudios se realizaron en nuestro laboratorio preclínico, demuestran el poderoso potencial de la ablación en el estómago que ahora puede traducirse como una terapia para pacientes que sufren trastornos gastrointestinales”.

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Instituto de Bioingeniería de Auckland