Permanece inconclusa la estrategia de drenaje torácico post operatorio

Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 28 Mar 2013
La succión puede no prevenir fugas prolongadas de aire mejor que el método del sello de agua después de la cirugía pulmonar, según un nuevo estudio.

Investigadores del Istituto Nazionale dei Tumori (Milán, Italia) reportaron los resultados intermedios del AirINTrial, un estudio que asignó aleatoriamente pacientes a succión, a presión negativa de 15 cm H2O, durante los primeros 3 días post-operatorios, o a presión negativa el primer día seguido por sello de agua hasta el día 3 (después de que los drenes fueron removidos o conectados a un dispositivo Heimlich), seguido por la salida en el día 5. El reporte intermedio detalló los resultados de los primeros 500 de los 1600 pacientes planeados, todos adultos candidatos para resección de pulmón (excepto neumonectomía), con estratificación por tipo de resección.

El resultado mostró que 26 pacientes en total fueron dados de alta con un dren el día 7 post-operatorio, mientras que 33 permanecieron hospitalizados con un dren debido a fuga de aire persistente. Las fugas persistentes de aire en el día 7 después de la cirugía ocurrió en una proporción similar de pacientes con ambas intervenciones, 10% con succión versus 14% con sello de agua, respectivamente. Los investigadores encontraron una ventaja límite de succión en la resección anatómica, con 10% teniendo una fuga de aire en el día 7 versus 17% con sello de agua.

Un análisis de subgrupo en el grupo de sección sugirió que en la fuga prolongada de aire fue más común entre más alto fuese el flujo de aire en el día dos post-operatorio, aumentando desde 0% entre aquellos con flujo bajo por debajo de 200 mL/min a 27% entre aquellos en el cuartil superior a más de 800 mL/min; la tasa más alta (60%) estuvo en aquellos con presión alta u presión intrapleural máxima negativa en el día dos. La tasa fue 40% en los pacientes con flujo intermedio que no pudieron alcanzar presiones negativas, y en vez de eso tuvieron presión intrapleural máxima cercana a cero. El estudio, fue presentado durante el congreso anual de la Sociedad de Cirujanos Torácicos (STS), realizado, en Enero de 2013, en Los Ángeles (CA, EUA).

“Los resultados sugieren que hay un cierto nivel de presión intrapleural negativa que favorece la detención de la fuga del aire”, concluyó el autor principal Francesco Leo, MD, PhD, y colegas. “Los datos sobre el flujo de aire y las presiones pueden ser útiles en definir el riesgo de fuga prolongada de aire, pero su utilidad necesita confirmación adicional”.

Los drenes sellados de agua constan de tres cámaras: un sello de agua, control de succión y una cámara de recolección de drenaje. Están diseñados para permitir que el aire, sangre, o líquido sean removidos de la cavidad pleural, mientras que, al mismo tiempo, previene el retorno del flujo de aire o líquido hacia el espacio pleural. Esto permite la expansión de los pulmones y la restauración de la presión negativa en la cavidad torácica. El manejo apropiado del dren torácico se requiere para mantener la función respiratoria y la estabilidad hemodinámica.

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Istituto Nazionale dei Tumori



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