Los infartos no son una sentencia de muerte

Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 01 Sep 2008
Un estudio nuevo ha encontrado que los sobrevivientes de infarto cardiaco que recibieron cuidado intensivo pueden esperar buena calidad de vida a largo plazo, y que la asignación de recursos a su tratamiento está tan justificada como el tratamiento de otros grupos de pacientes de cuidado intensivo.

Investigadores de la Universidad Philipps (Marburg, Alemania) evaluaron el estado de salud de los pacientes cinco años después de ser dados de alta de la unidad de cuidado intensivo (UCI) del Hospital Universitario de Aquisgrán (Alemania), y los combinaron con una evaluación económica completa. El estudio siguió a 354 pacientes admitidos a la UCI con paro cardiaco. De esos, 204 murieron antes de ser dados de alta del hospital, y de los 150 pacientes restantes, 40 murieron antes de los cinco años, quedando 110 pacientes (31%) que eran elegibles para la encuesta. Los costos totales para el tratamiento UCI de los 354 pacientes ascendieron a más de 6,3 millones de euros.

El investigador encontró que el gasto per capita fue aproximadamente el doble del costo de un paciente UCI promedio, pero se comparó favorablemente con una variedad de otras intervenciones de rutina como ventilación mecánica o diálisis renal. Además, los pacientes que sobrevivieron al infarto cardiaco no necesariamente tienen un pronóstico desolador como se anticipa con frecuencia; los investigadores encontraron que la calidad de vida relacionada con la salud a los cinco años después de la salida hospitalaria fue solo ligeramente más baja que la de los controles sanos de la misma edad y género de los pacientes. El estudio fue publicado en la edición del 18 de Julio de 2008 en la revista Critical Care, una publicación de acceso abierto de BioMed Central.

"Las restricciones económicas crean presiones para dosificar el cuidado en la UCI. Restringir la demanda de servicios médicos inútiles limitando acceso a la UCI, al menos para aquellos pacientes que probablemente mueran de cualquier forma, ha sido propuesto como una manera de disminuir los gastos”, dijo el autor principal Juergen Graf, M.D., de los departamentos de anestesia y medicina de cuidado intensivo y cirugía cardiovascular. "Nuestro estudio es el primero en demostrar que los pacientes que sobreviven al infarto cardiaco sin discapacidades neurológicas severas pueden esperar supervivencia a largo plazo aceptable y una buena calidad de vida a costos razonables para el sistema de salud”,

La incidencia anual de infarto cardiaco súbito en Europa Central es de aproximadamente 9 por 10.000 habitantes. Así, se pueden afectar más de 600.000 personas cada año. Desde los 1960s, la RCP inmediata ha sido considerada un salvavidas para los infartos cardiacos súbitos; después de la RCP exitosa, los pacientes son rutinariamente admitidos a las UCIs para manejar las causas y las secuelas agudas. Puesto que las UCIs consumen una gran proporción de los presupuestos hospitalarios, pero apenas cuidan a una minoría de pacientes, determinar si la admisión a la UCI de esta población constituye o no un uso razonable de recursos, se ha convertido en un tema ético.

Enlaces relacionados:
Philipps University
BioMed Central

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