Implante ultrafino ayuda a pacientes con lesión medular a recuperar funciones perdidas
Actualizado el 04 Jul 2025
Las lesiones de la médula espinal siguen siendo incurables y pueden tener consecuencias que alteran la vida. Estas lesiones interrumpen la comunicación entre el cerebro y el cuerpo, lo que a menudo provoca la pérdida permanente de funciones. A diferencia de las heridas cutáneas, que generalmente cicatrizan por sí solas, la médula espinal carece de la capacidad de regenerarse eficientemente, lo que las hace particularmente devastadoras y actualmente intratables.
Durante el desarrollo temprano, y en menor medida posteriormente, el cuerpo genera de forma natural campos eléctricos que desempeñan un papel fundamental en la guía del crecimiento del tejido nervioso a lo largo de la médula espinal. Los investigadores están replicando este proceso natural en entornos de laboratorio. En un nuevo estudio con animales, un dispositivo electrónico implantable restauró el movimiento tras una lesión de la médula espinal, lo que ofrece esperanza para futuros tratamientos en humanos.
Científicos de la Universidad de Auckland (Auckland, Nueva Zelanda) han creado un implante ultrafino diseñado para colocarse directamente sobre la médula espinal, justo sobre la zona lesionada en ratas. Este dispositivo administra una corriente eléctrica controlada al área afectada, con el objetivo de estimular el proceso de curación y permitir que las personas puedan recuperar funciones perdidas tras una lesión medular.
Las ratas, a diferencia de los humanos, tienen una mayor capacidad de recuperación espontánea, lo que ofrece a los investigadores una forma de comparar la recuperación natural con la que se logra mediante estimulación eléctrica. Después de cuatro semanas de tratamiento, los animales que recibieron estimulación eléctrica diaria mostraron un mejor movimiento que los que no la recibieron.
A lo largo del estudio de 12 semanas, publicado en Nature Communications, los animales tratados también mostraron respuestas más rápidas al tacto ligero, lo que indica una mejora tanto en las funciones motoras como sensoriales. Fundamentalmente, el análisis no mostró signos de inflamación ni daño adicional a la médula espinal, lo que confirma la seguridad y eficacia del tratamiento.
De cara al futuro, los investigadores pretenden examinar cómo la variación de parámetros de la estimulación eléctrica, como la intensidad, la frecuencia y la duración, influye en la recuperación, con el fin de determinar las condiciones óptimas para promover la reparación de la médula espinal.
Enlaces relacionados:
Universidad de Auckland