Monitorear las esporas de hongos en el aire podría ayudar a predecir los picos de COVID-19 y gripe
Actualizado el 02 Jul 2025
Un nuevo estudio presentado en ASM Microbe 2025 ha aportado pruebas contundentes de que los niveles elevados de esporas de hongos en el aire están estrechamente relacionados con aumentos en los casos de gripe y COVID-19. Los hallazgos sugieren que el monitoreo de esporas fúngicas en el aire podría servir como una herramienta de alerta temprana eficaz para anticipar brotes de virus respiratorios, lo que contribuiría a mejorar la preparación en salud pública.
La investigación, realizada por científicos de la Universidad Lynn (Boca Ratón, Florida, EUA), concluyó que medir los niveles de esporas fúngicas en el exterior podría ser un método confiable para pronosticar aumentos en los casos de gripe y COVID-19, especialmente durante los meses de otoño. El equipo se propuso explorar los efectos a corto plazo de los factores ambientales, específicamente las esporas de hongos y el polen, en la aparición o intensificación de infecciones respiratorias virales como la influenza y la COVID-19.
Para esta investigación, analizaron datos diarios recopilados entre 2022 y 2024 en dos importantes regiones de atención médica en Puerto Rico: San Juan y Caguas. Puerto Rico ofrece un entorno único para esta investigación, dada su presencia continua y endémica de hongos y polen en el aire durante todo el año. Aunque ya se sabe que estos elementos ambientales influyen en afecciones como el asma y las alergias, su relación con los patrones de infección viral no se ha estudiado a fondo. El conjunto de datos incluyó el recuento diario de casos de gripe y COVID-19, junto con las mediciones correspondientes de esporas y polen en el aire para esas fechas.
Para determinar si los niveles elevados de exposición ambiental podían predecir picos de infección viral, los investigadores aplicaron análisis estadísticos y técnicas de aprendizaje automático. Estos modelos evaluaron si altos niveles de esporas fúngicas o polen estaban relacionados con un aumento en los casos de gripe y COVID-19, ya sea en la misma semana o en la siguiente, un concepto conocido como "efecto retardo" (lag-effect). Los resultados revelaron una fuerte correlación entre concentraciones elevadas de esporas fúngicas en el aire y un aumento en las infecciones por virus respiratorios. Esta asociación no se observó con los niveles de polen. En muchos casos, un incremento en las concentraciones de esporas fue seguido por un aumento notable en el número de infecciones pocos días después.
Los modelos predictivos demostraron ser particularmente eficaces para anticipar repuntes de infecciones durante la temporada de otoño en ambas regiones de estudio (San Juan y Caguas). Los niveles de polen, por otro lado, no demostraron ninguna capacidad predictiva. Como siguiente paso, los investigadores pretenden examinar si estos factores ambientales también están relacionados con consecuencias para la salud más graves, como ingresos hospitalarios o fallecimientos. También planean investigar si se presentan patrones similares de infección ambiental en regiones geográficas fuera de Puerto Rico.
“Los hallazgos de nuestro estudio sugieren que el monitoreo de los niveles de esporas fúngicas en el air en el aire podría ayudar a predecir brotes a corto plazo (picos) de gripe y COVID-19, brindando a los sistemas de salud pública una señal de alerta temprana”, afirmó el Dr. Félix E. Rivera-Mariani, autor principal del estudio. “Nuestros hallazgos también resaltan el posible papel de los factores ambientales —no solo la propagación de persona a persona— en la incidencia de infecciones virales respiratorias. Esto podría abrir nuevas puertas para alertas de salud pública específicas, especialmente en zonas con alta incidencia de hongos en el aire”.
Enlaces relacionados:
Universidad de Lynn