Aplicación pionera detecta la presión del pulso utilizando un teléfono inteligente

Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 19 Sep 2024

La hipertensión sistólica, conocida comúnmente como presión arterial alta, afecta a más de 4 mil millones de adultos en todo el mundo y es el principal factor de riesgo modificable de enfermedad cardiovascular y la principal causa de muerte a nivel mundial. Reducir la presión arterial elevada mediante cambios en el estilo de vida es la forma más eficaz de reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, en poblaciones desatendidas, muchas personas no tienen acceso a tensiómetros, citas médicas regulares, o incluso desconocen su condición. A pesar de esto, a menudo poseen teléfonos inteligentes. Ahora, una tecnología innovadora que utiliza una aplicación para teléfonos inteligentes ofrece una oportunidad única para aliviar la carga mundial de la hipertensión sistólica, especialmente en las comunidades desfavorecidas.

Los investigadores de la Universidad de Pittsburgh (Pittsburgh, PA, EUA) están desarrollando un nuevo método para controlar la presión arterial mediante el uso de los teléfonos inteligentes que las personas llevan consigo todos los días. En lugar de crear un nuevo dispositivo médico, el equipo decidió aprovechar los teléfonos inteligentes que son casi omnipresentes y explorar cómo detectar la presión arterial mediante sensores que ya tienen incorporados. Utilizaron herramientas que se encuentran comúnmente en la mayoría de los teléfonos inteligentes (como acelerómetros con detección de movimiento, cámaras frontales y sensores táctiles) para desarrollar una aplicación de Android capaz de medir la presión del pulso de una persona. Para tomar una medición, el usuario realiza un movimiento de levantar la mano mientras sostiene el teléfono inteligente.


Imagen: Protocolo de estudio para probar la usabilidad y precisión de la aplicación PP para teléfonos inteligentes (Foto cortesía de Scientific Reports)

Convertir un teléfono inteligente en un dispositivo de monitoreo resultó un desafío, como descubrió el equipo a través de múltiples iteraciones del desarrollo de la aplicación. Dado que los teléfonos inteligentes carecen de herramientas para medir la fuerza, un aspecto crucial fue encontrar cómo replicar los efectos de un examen de presión arterial tradicional utilizando solo un teléfono móvil. El equipo abordó esto empleando una fuerza familiar: la gravedad. Cuando una persona levanta su mano por encima del nivel del corazón, la gravedad provoca un cambio de presión hidrostática en el pulgar. Usando el acelerómetro del teléfono, este cambio se puede convertir en una medición de presión relativa. Al combinar este movimiento de elevación de la mano con maniobras guiadas del pulgar en el teléfono inteligente, los investigadores pudieron calcular la presión del pulso de cada participante. La presión del pulso es la diferencia entre los números sistólico (superior) y diastólico (inferior); por ejemplo, una medición de presión arterial de 120/80 da como resultado una presión del pulso de 40.

Aunque la presión del pulso no se utiliza habitualmente para controlar las enfermedades cardiovasculares, el estudio reveló su importancia como métrica para detectar la hipertensión. Dado que las personas que viven en zonas rurales de EUA tienen un 40 % más de probabilidades de desarrollar enfermedades cardíacas que los residentes urbanos, esta tecnología podría ser crucial para proporcionar herramientas de atención médica accesibles a las comunidades tanto de Estados Unidos como de todo el mundo. De cara al futuro, el equipo está trabajando en mejorar aún más el monitoreo de la presión arterial a través de teléfonos inteligentes para hacerlo accesible a quienes más lo necesitan. Los resultados del proyecto se publicaron en la revista Scientific Reports, lo que marca un avance prometedor en los dispositivos de medición de la presión arterial para el equipo.

“El desarrollo de un dispositivo de medición de la presión arterial sin manguito que no requiera calibración externa es el santo grial; un dispositivo de este tipo no existe actualmente”, afirmó Sanjeev G. Shroff, del Departamento de Bioingeniería de la Universidad de Pittsburgh. “El trabajo de investigación presentado en esta publicación es un paso importante en la dirección correcta y también es alentador para realizar trabajos adicionales destinados a obtener presiones sistólica, diastólica y media”.

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Universidad de Pittsburgh


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