Nueva técnica trata tumores cerebrales agresivos al alterar la barrera hematoencefálica
Actualizado el 25 Jul 2024
El glioblastoma, el tumor cerebral maligno más común, representa más de la mitad de todos estos cánceres. A pesar del uso de tratamientos agresivos como cirugía, quimioterapia y radioterapia, el pronóstico de los pacientes sigue siendo malo. Un obstáculo importante es la barrera hematoencefálica (BHE), que protege al cerebro de posibles toxinas en el torrente sanguíneo, pero también impide que muchos agentes terapéuticos lleguen a los tumores cerebrales. Esta barrera resalta la necesidad urgente de tratamientos innovadores que puedan atacar eficazmente tumores cerebrales como el glioblastoma. Ahora, una nueva investigación innovadora está explorando una nueva opción que algún día podría usarse para atacar el glioblastoma y ayudar a agregar otra herramienta al arsenal de lucha contra el cáncer.
Un equipo de Georgia Tech (Atlanta, GA, EUA) y Virginia Tech (Blacksburg, VA, EUA) realizó previamente una investigación sobre electroporación irreversible de alta frecuencia, también conocida como H-FIRE. H-FIRE utiliza pulsos eléctricos no térmicos para destruir las células cancerosas y se ha demostrado que altera la barrera hematoencefálica para mejorar la administración de fármacos. Sin embargo, el estudio publicado en un artículo en APL Bioengineering en mayo fue el primero en utilizar una onda sinusoidal conocida como electroporación de onda sinusoidal en ráfaga (B-SWE) para alterar la barrera hematoencefálica. En un estudio que utilizó un modelo de roedor para comparar el impacto de la onda sinusoidal con la onda más convencional de forma cuadrada, los investigadores encontraron que B-SWE resultó en menos daño a las células y tejidos, pero mayor alteración de la barrera hematoencefálica.
En ciertos casos clínicos, lo ideal sería tanto la ablación como la alteración de la barrera hematoencefálica, pero en otras situaciones, la alteración de la barrera hematoencefálica podría ser más importante que la destrucción de las células. Por ejemplo, en escenarios donde un cirujano ha extirpado la mayor parte de un tumor, B-SWE podría potencialmente descomponer la barrera hematoencefálica alrededor del sitio quirúrgico, permitiendo que los agentes de quimioterapia apunten a cualquier célula cancerosa restante con un daño mínimo al cerebro. El estudio también descubrió un inconveniente: la onda sinusoidal provocó un aumento de las contracciones neuromusculares, lo que podría dañar los tejidos circundantes. Sin embargo, los ajustes en la dosis de B-SWE mostraron que era posible reducir estas contracciones mientras se mantenía una efectiva alteración de la barrera hematoencefálica. La investigación futura tiene como objetivo aplicar B-SWE a modelos animales con cáncer de cerebro para explorar más a fondo su eficacia en comparación con la técnica H-FIRE establecida en un entorno clínico.
Enlaces relacionados:
Georgia Tech
Virginia Tech