Implantes autólogos a base de sangre ofrecen potencial para aplicaciones que requieren regeneración vascular
Actualizado el 07 Sep 2023
Las heridas crónicas presentan desafíos formidables, que a menudo desafían la curación adecuada y provocan complicaciones asociadas con afecciones como la diabetes y las enfermedades vasculares. En casos graves, pueden culminar en sepsis, una afección potencialmente mortal, debido al suministro inadecuado de oxígeno y nutrientes resultante de la pérdida de vasos sanguíneos. Un equipo de investigación ha logrado un avance significativo en la regeneración de tejidos mediante el desarrollo de una tecnología que aprovecha la sangre autóloga para crear implantes microvasculares tridimensionales. Estos implantes son inmensamente prometedores para diversas aplicaciones que requieren regeneración vascular, incluido el tratamiento de heridas crónicas.
Un grupo de investigadores asociados con UNIST (Ulsan, Corea) ha ideado un sistema de microfluidos capaz de transformar la sangre en un andamio de tejido artificial. A diferencia de los métodos anteriores que dependían de parches de hidrogel cargados de células que utilizaban tejidos grasos o plasma rico en plaquetas, este método innovador permite la creación de redes de vasos microcapilares robustas dentro de las heridas de la piel. El uso de sangre completa autóloga garantiza la compatibilidad y promueve una cicatrización eficaz de las heridas. La tecnología emplea fuerzas de corte de microfluidos para alinear las fibras de fibrina agrupadas en la dirección del flujo sanguíneo mientras activa las plaquetas. Este proceso de alineación y activación da como resultado una rigidez moderada dentro del microambiente, una condición ideal.
Cuando se aplicaron como parches en las heridas de la piel dorsal de los roedores, estos trombos vascularizados implantables (IVET) exhibieron tasas de cierre de heridas superiores (96,08 ± 1,58 %), aumento del espesor de la epidermis, mayor deposición de colágeno, regeneración de los folículos pilosos, reducción de la infiltración de neutrófilos y curación acelerada de las heridas a través de una mejor circulación microvascular. Los investigadores aprovecharon el poder de la tecnología de microfluidos para convertir sangre autóloga en IVET aptos para trasplantes. Estos IVET se implantaron en heridas de espesor completo de la piel en ratones experimentales, lo que dio como resultado una recuperación rápida y sin cicatrices de toda el área dañada. El estudio demostró una regeneración exitosa de los vasos sanguíneos dentro del sitio de la herida, facilitó el movimiento de células inmunes importantes para la curación de las heridas y aceleró la recuperación general.
Además, los investigadores evaluaron la eficacia del trasplante de IVET infectando Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA), una bacteria resistente a los antibióticos, en el área dañada de la piel. Cuando se implantaron coágulos de sangre artificiales elaborados a partir de sangre autóloga en ratones infectados, se observó una rápida recuperación vascular junto con una mayor migración de proteínas y células inmunitarias para combatir la infección bacteriana. Además, la formación de colágeno y la regeneración de los folículos pilosos se produjeron sin dejar cicatrices. Estos hallazgos innovadores allanan el camino para técnicas avanzadas en ingeniería de tejidos y curación de heridas mediante implantes autólogos a base de sangre. Con un mayor desarrollo y perfeccionamiento, esta tecnología tiene un enorme potencial para revolucionar las estrategias de tratamiento de heridas crónicas y al mismo tiempo contribuir a los avances en la medicina regenerativa.
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UNIST