Enfriamiento de cara puede contrarrestar descompensación cardiovascular

Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 29 Jun 2017
Un nuevo estudio sugiere que el enfriamiento de la cara después de la hemorragia podría ayudar a prevenir el cierre del sistema cardiovascular.
 

Imagen: Voluntarios del estudio en la cámara que imita los efectos de la pérdida de sangre (Fotografía cortesía de Blair Johnson, Universidad de Buffalo).
 Investigadores de la Universidad de Buffalo (NY, EUA), realizaron un estudio en el que participaron 10 individuos sanos (edad promedio de 22 años, tres mujeres), quienes completaron dos ensayos aleatorios en días separados. Los participantes fueron colocados en una cámara hipobárica con el fin de bajar su presión arterial (PA) en 30 mmHg, simulando seis minutos de pérdida de sangre. Posteriormente, se colocó una bolsa de plástico de 2,5 litros de agua-hielo a 0°C o una bolsa similar de agua termoneutral (34°C) en su frente y ojos durante 15 minutos adicionales. Los investigadores midieron continuamente varios indicadores de la función cardiovascular.
 
Los resultados mostraron que la temperatura de la frente disminuyó casi 23°C con la bolsa de hielo. La PA arterial media aumentó significativamente, pasando de una media de 77 mmHg a 98 mmHg después de tres minutos; al mismo tiempo, disminuyó la frecuencia cardiaca, aumentó el volumen sistólico, disminuyó el gasto cardiaco y aumentó la resistencia periférica total cuando se utilizó la bolsa de agua-hielo. Los resultados sugieren que el enfriamiento de la cara podría reforzar la prevención de una caída peligrosa de la presión arterial después de la pérdida de sangre mediante el refuerzo de la función cardiovascular. El estudio fue presentado en el congreso anual de Biología Experimental, celebrado en abril de 2017 en Chicago (IL, EUA).
 
“Creemos que el enfriamiento de la cara podría ser utilizado como un método rápido y temporal para prevenir la descompensación cardiovascular después de la pérdida de sangre, una vez que la hemorragia activa se detiene”, dijo la autora principal, Blair Johnson, MD, del departamento de Ciencias del Ejercicio y Nutrición. “Creemos que esta técnica podría ser utilizada por los primeros socorristas o los médicos de combate en el campo de batalla para dar tiempo adicional para el transporte o la evacuación”.
 
La descompensación cardiovascular provoca una caída repentina y precipitada de la presión arterial que limita el suministro de oxígeno al corazón, al cerebro ya otros órganos vitales. Es un riesgo significativo como consecuencia de la pérdida de sangre, incluso una vez que la persona ya no sangra activamente. Se estima que más del 35% de las muertes, pre-hospitalarias, se deben a la pérdida de sangre, al igual que más del 40% de las muertes que ocurren en las primeras 24 horas después de la lesión. Las hemorragias son la segunda causa de muertes, después de la lesión del sistema nervioso central (SNC).
 

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