Monitor examina continuamente la terapia intravenosa

Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 09 Jun 2016
Un novedoso monitor de terapia intravenosa (IV) mejora la seguridad del paciente a través de la detección precoz de la infiltración venosa periférica (PVI) y la extravasación.
 

Imagen: El dispositivo de vigilancia continua IV, ivWatch 400 (Foto cortesía de ivWatch).
El ivWatch modelo 400 es un sensor, no invasivo, que utiliza un sensor óptico en el infrarrojo cercano (NIR) para iluminar el tejido cerca del sitio de inserción IV. El sensor se coloca en un recipiente desechable y se fija al lado del sitio IV, de modo que pueda controlar continuamente las propiedades ópticas del tejido. El sensor óptico está acoplado a un monitor altamente intuitivo, colocado en un poste equipado con una pantalla de cristal líquido a color (LCD) para mostrar continuamente el estado IV del paciente.
 
El sensor óptico emite luz en el NIR y detecta el retorno de la piel. A continuación, los datos ópticos se procesan, utilizando un algoritmo de diagnóstico, patentado, para determinar el estado del paciente. El estado y los cambios se muestran en la pantalla, junto con una notificación audible, alertando al personal cuando las condiciones indican que se ha producido una PVI o una extravasación, reduciendo, de esta manera, los daños de los pacientes. El ivWatch 400 es un producto de ivWatch (Williamsburg, VA, EUA), y ha sido aprobado por la Dirección de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA).
 
“Es como un cinturón de seguridad; dado que es difícil predecir cuándo ocurrirá un accidente, la gente usa su cinturón de seguridad durante la duración de su viaje”, dijo Gary Warren, Presidente y director ejecutivo de ivWatch. “Del mismo modo, ya que es difícil predecir cuándo ocurrirá una infiltración, y sabemos que se produce con demasiada frecuencia, el ivWatch Modelo 400 representa un cinturón de seguridad para los pacientes con una línea IV. Nuestro dispositivo de monitorización continua no sólo mejora la seguridad del paciente, sino que puede ayudar a minimizar el riesgo y los costos variables de las organizaciones de proveedores de atención médica”.
 
Las complicaciones de la PVI normalmente se limitan a dolor y enrojecimiento, pero en casos graves pueden ocasionar necrosis de los tejidos, pérdida de la función, amputación o incluso la muerte. Para evitar el fracaso potencial, los médicos han optado a menudo por usar dispositivos de acceso vascular más intrusivos, como los catéteres centrales de inserción periférica (PICC). Desafortunadamente, estos dispositivos pueden llevar a otros riesgos graves, como la infección del torrente sanguíneo asociada a la línea central (CLABSI).


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