Actualizan directrices para manejo de presión sanguínea
Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 27 Jan 2014
La actualización de las directrices para el manejo de la hipertensión eleva el umbral de la presión sanguínea que determina la necesidad de terapia con medicamentos en muchos pacientes.Actualizado el 27 Jan 2014
Las recomendaciones del panel de expertos nombrado para el Octavo Comité Nacional Conjunto (JNC 8) sugieren que para los individuos hipertensos de 60 años de edad o más, el tratamiento farmacológico debe iniciarse cuando la presión sistólica es de 150 mm Hg o mayor o la presión diastólica es de 90 mm Hg o más, con el objetivo de lograr lecturas por debajo de los puntos de corte. Para los pacientes hipertensos más jóvenes y para aquellos con enfermedad renal crónica o diabetes (sin importar la edad) se debe iniciar el tratamiento cuando la presión sistólica es de 140, o más, o la presión diastólica es de 90 o superior.
Para desarrollar las recomendaciones, los panelistas revisaron únicamente la evidencia de los ensayos controlados aleatorios, a diferencia de JNC 7, que incluyó varios tipos de estudios. La guía se centró en tres preguntas específicas; las metas de presión arterial que se utilizan para iniciar el tratamiento, las metas de la presión arterial y los medicamentos apropiados. Para la elección inicial del medicamento, los autores recomendaron que para las personas que no sean negras, incluidas las personas con diabetes, los inhibidores de la ECA, los bloqueadores de los receptores de la angiotensina (ARBs), los bloqueadores de los canales de calcio y los diuréticos tiazídicos podrían ser considerados todos como medicamentos de primera línea.
Para las personas negras, incluyendo aquellas con diabetes, se recomienda que el tratamiento de primera línea debe consistir en antagonistas del calcio y los diuréticos tipo tiazida. Para los pacientes con enfermedad renal crónica, independientemente de la raza o el estado de la diabetes, la terapia inicial o adicional debe incluir un inhibidor de la ECA o un ARB para mejorar los resultados renales. Para dar una orientación sobre cómo los médicos deben combinar y ajustar las dosis de diversos medicamentos, los panelistas incluyen un algoritmo de tratamiento, al tiempo que resaltan la importancia del juicio clínico. La directriz fue publicada en línea el 18 de diciembre de 2013, en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA).
“A pesar de que esta guía ofrece recomendaciones basadas en la evidencia para el manejo de la presión arterial alta y debe responder a las necesidades clínicas de la mayoría de los pacientes, estas recomendaciones no son un sustituto para el juicio clínico, y las decisiones sobre el cuidado deben considerar cuidadosamente e incorporar las características y circunstancias clínicas de cada paciente individual”, dijeron los co-presidentes del panel, Paul James, MD, de la Universidad de Iowa (Iowa City, EUA) y Suzanne Oparil, MD, de la Universidad de Alabama (Birmingham, EUA), y sus colegas.
La orientación actual tiene un enfoque limitado y no cubrió varios temas incluidos en las recomendaciones JNC 7, como las definiciones de la pre-hipertensión y la hipertensión, la medición de la presión sanguínea, la evaluación del paciente, la hipertensión secundaria, la adherencia a los regímenes de tratamiento, la hipertensión resistente y las intervenciones de estilo de vida.
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Eighth Joint National Committee