Explosiones de ira aumentan riesgo de infarto del miocardio
Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 19 Aug 2013
El riesgo de experimentar un infarto agudo de miocardio (IAM) es más de dos veces mayor después de las explosiones de ira en comparación con otros momentos, según un estudio nuevo.Actualizado el 19 Aug 2013
Investigadores en el Centro Médico Beth Israel Deaconess (BIDMC; Boston, MA, EUA) y la Facultad de Salud Pública de Harvard (HSPH; Boston, MA, EUA) realizaron un análisis transversal de casos de 3.886 participantes del Estudio de Determinantes de Inicio del Infarto del Miocardio, que fueron entrevistados durante la hospitalización índice para IAM, desde 1989 hasta 1996. Los investigadores compararon el número observado y la intensidad de las explosiones de ira en las dos horas que precedieron el inicio de los síntomas del IAM del miocardio, con su frecuencia esperada, de acuerdo con la información de control de cada paciente, definidas como el número de explosiones de ira en el año previo.
Los resultados mostraron que, de los participantes del estudio, 1.484 (38%) reportaron explosiones de ira en al año anterior y la tasa de incidencia de inicio de IAM se elevó 2,43 veces a las dos después de la explosión de ira; esta asociación era consistentemente más fuerte con el aumento en las intensidades de la ira. Los investigadores también encontraron que, en comparación con los no usuarios, los usuarios regulares de β-bloqueadores tenían una susceptibilidad menor a los ataques cardiacos desencadenados por la ira, lo que sugiere que algunos medicamento podrían disminuir el riesgo de cada episodio de ira. El estudio fue publicado en la edición de 22 de julio de 2013, de la revista American Journal of Cardiology.
“Existe un riesgo transitoriamente mayor de tener un ataque cardiaco después de una explosión de ira; entre mayor la furia—incluyendo el arrojar objetos y amenazar a otros—mayor es el riesgo”, dijo la autora principal, Elizabeth Mostofsky, MPH, del BIDMC. “La asociación es consistentemente más fuerte con el aumento de la intensidad de la ira; no se trata de que cualquier ira le eleve el riesgo”.
La ira es acompañada por una elevación en las hormonas del estrés, como el cortisol y la norepinefrina, que se liberan durante la respuesta combata-o-huya. Estas sustancias químicas preparan nuestros cuerpos para una acción auto-protectora, pero los cambios bioquímicos que desencadenan, incluyendo un pico en la presión sanguínea y la constricción de los vasos sanguíneos, también colocan una presión inmensa sobre el corazón.
Enlaces relacionados:
Beth Israel Deaconess Medical Center
Harvard School of Public Health