Piel artificial ayuda en la lucha contra la infección

Por el equipo editorial de Hospimedica en Español
Actualizado el 21 Feb 2007
De acuerdo con un reciente estudio, se han desarrollado células de piel modificadas genéticamente para ayudar a luchar contra infecciones potencialmente fatales cuando se tratan pacientes con quemaduras severas.

Investigadores de la Universidad de Cincinnati (UC, OH, EUA) llevaron a cabo un estudio de laboratorio en el que crearon células de piel superficial, alterada genéticamente, (queratinocitos) de muestras tisulares donadas, dándoles mayores capacidades de lucha contra la infección. Esas células fueron infectadas luego con la bacteria Pseudomonas aeruginosa, encontrada comúnmente en los hospitales, e incubadas. Los análisis posteriores revelaron que las células alteradas genéticamente, modificadas para producir niveles más altos de una proteína conocida como defensina beta 4 humana (HBD4), fueron más resistentes a las infecciones microbianas que las células no alteradas.

Según los investigadores, las defensinas pueden volverse un método alternativo efectivo para el cuidado de heridas por quemaduras y para el control de infecciones, disminuyendo el riesgo de infección de un paciente, mejorando la supervivencia del injerto de piel, y reduciendo la dependencia a los antibióticos tópicos. Los hallazgos fueron publicados en la edición de Enero de 2007 de la revista "Journal of Burn Care and Research”.

"Si podemos añadir esas células modificadas genéticamente a los sustitutos de piel construidos por bioingeniería, estaríamos dando una ayuda importante al sistema de defensa durante el periodo inicial del injerto, cuando la piel es más susceptible a la infección”, dijo el autor principal Dorothy Supp, Ph.D., una profesora asociada adjunta de investigación de la UC, y una investigadora en el Hospital para Niños Shriners Cincinnati (OH, EUA).

Actualmente, los sustitutos de piel cultivados para el cuidado de heridas de quemaduras están creciendo en un laboratorio usando células de la propia piel del paciente quemado y combinadas con una capa esponjosa de colágeno para hacer injertos de piel que son unidos a la herida de la quemadura. Sin embargo, ya que los injertos de piel cultivados no están conectados al sistema circulatorio en el momento del injerto, no están inmediatamente expuestos a drogas antibióticas circulantes o a anticuerpos del sistema inmune propio del cuerpo, necesarios para la lucha contra la infección.




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University of Cincinnati

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