Técnica de resonancia magnética muestra la causa de los síntomas de COVID prolongada

Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 05 Jul 2022

Muchos de los que experimentan, lo que ahora se llama ‘COVID prolongada’, informan que se sienten confusos, sin aliento, fatigados y limitados para hacer las cosas cotidianas, síntomas que, a menudo, duran semanas y meses después de la infección. Ahora, por primera vez, utilizando resonancia magnética funcional con gas xenón inhalado, los investigadores demostraron que estos síntomas debilitantes están relacionados con anomalías microscópicas que afectan la forma en que se intercambia el oxígeno de los pulmones a los glóbulos rojos.

El estudio LIVECOVIDFREE, dirigido por investigadores de la Universidad Western (Ontario, Canadá), es el estudio de resonancia magnética más grande de pacientes con COVID prolongada y también el primero en mostrar una posible causa de los síntomas de este tipo de COVID. Al comprender la causa, los miembros del equipo responsables de la atención de los pacientes pudieron orientar el tratamiento para estos pacientes. Para el estudio, los investigadores reclutaron pacientes con sospecha de COVID prolongada que experimentaban una dificultad persistente para respirar por más de seis semanas después de la infección. Algunos participantes del estudio seguían sintomáticos después de 35 semanas. Los pacientes que describían estos síntomas también mostraban resultados normales en las pruebas clínicas de respiración.


Imagen: Los investigadores utilizan técnicas innovadoras de imagenología para ver cómo se intercambia el aire en los pulmones (Fotografía cortesía de la Universidad Western)

Al hacer que los participantes del estudio inhalaran gas xenón polarizado mientras estaban dentro de la resonancia magnética, los investigadores pudieron ver en tiempo real la función de los 300-500 millones de diminutos sacos alveolares, que tienen aproximadamente 1/5 de mm de diámetro y son responsables de suministrar oxígeno a la sangre. Tomografías computarizadas adicionales señalaron un “recorte anormal” del árbol vascular, lo que indica un impacto sobre los diminutos vasos sanguíneos que transportan glóbulos rojos a los alvéolos para que se oxigenen. Tampoco pareció haber diferencia en la gravedad de esta anomalía entre los pacientes que habían sido hospitalizados con COVID-19 y los que se recuperaron sin hospitalización, según el estudio. Este es un hallazgo importante ya que la última ola de infección por COVID-19 ha afectado a un gran número de personas que no necesitaban atención hospitalaria. En este momento, se realiza un seguimiento de un año para comprender mejor estos resultados longitudinalmente.

“Con nuestra técnica de resonancia magnética, podemos observar en tiempo real el movimiento del aire a través de la membrana alveolar y las células sanguíneas; y en realidad podemos ver la función de los diminutos sacos alveolares en los pulmones”, dijo la profesora de la Universidad de Western, Grace Parraga, quien dirigió el estudio. “Lo que vimos en la resonancia magnética fue que la transición del oxígeno a los glóbulos rojos estaba deprimida en estos pacientes sintomáticos que habían tenido COVID-19, en comparación con los voluntarios sanos”.

“Para aquellos que son sintomáticos después de la COVID, incluso si no han tenido una infección lo suficientemente grave como para ser hospitalizados, vemos esta anomalía en el intercambio de oxígeno a través de la membrana alveolar hacia los glóbulos rojos”, agregó Parraga.

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Universidad Western  


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