Estudio nuevo suministra resultados esperanzadores sobre el uso de la ivermectina para reducir la transmisión viral en pacientes con COVID-19 leve
Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 21 Jan 2021
Un pequeño estudio piloto sugiere que la administración temprana de ivermectina puede reducir la carga viral y la duración de los síntomas en pacientes con COVID-19 leve, lo que a su vez podría ayudar a reducir la transmisión viral.Actualizado el 21 Jan 2021
El estudio, dirigido por la Clínica de la Universidad de Navarra (Pamplona, España) y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal; Barcelona, España), justifica ampliar los ensayos clínicos. La ivermectina es un fármaco antiparasitario que se ha demostrado que reduce la replicación del SARS-CoV-2 in vitro (en líneas celulares), aunque en concentraciones que superan las recomendadas para uso humano. Esto, junto con los resultados preliminares de un ensayo en humanos que utilizó datos de origen dudoso y nunca fue revisado por pares, impulsó el uso de ivermectina en muchos países latinoamericanos a pesar de la falta de evidencia confiable sobre su eficacia para tratar o prevenir infecciones.
En el estudio piloto realizado con pacientes con COVID-19, el equipo evaluó si la dosis máxima de ivermectina recomendada en Europa podría tener un impacto en la transmisión viral cuando se administra dentro de los primeros días después de la aparición de los síntomas. El equipo de investigación administró una dosis única de ivermectina o placebo a 24 pacientes con infección confirmada y síntomas leves, dentro de las primeras 72 horas después de que comenzaron los primeros síntomas. Se tomaron hisopados nasales y muestras de sangre en el momento de la inscripción y una, dos y/o tres semanas después del tratamiento. Siete días después de los tratamientos, no se observaron diferencias en el porcentaje de pacientes con PCR positiva (el 100% de los pacientes fueron positivos en ambos grupos).
Sin embargo, la carga viral media en el grupo tratado con ivermectina fue menor (alrededor de 3 veces menor a los cuatro días y hasta 18 veces menor a los siete días posteriores al tratamiento), aunque la diferencia no fue estadísticamente significativa. Los pacientes tratados también mostraron una duración menor de ciertos síntomas (del 50% para la pérdida del olfato y del gusto y del 30% para la tos). Todos los pacientes desarrollaron IgG específica del virus, pero, nuevamente, el nivel medio de anticuerpos en el grupo tratado fue más bajo que en el grupo placebo. El hecho de que no haya efecto sobre la duración de los síntomas o los factores asociados con la inflamación sugiere que la ivermectina puede actuar a través de mecanismos que no implican un posible efecto antiinflamatorio. Los investigadores creen que podría interferir con la entrada del virus en las células, como sugiere otro estudio realizado en hámsteres.
“Actualmente hay muchos estudios que buscan desarrollar tratamientos para la COVID-19, pero pocos lo hacen sobre formas para reducir la transmisión viral”, dijo el coordinador del estudio Carlos Chaccour, investigador de ISGlobal y médico de la Clínica de la Universidad de Navarra. “Nuestros hallazgos están en línea con los de ensayos recientes realizados en Bangladesh y Argentina. Aunque nuestro estudio es pequeño y es demasiado pronto para sacar conclusiones, las tendencias observadas en las cargas virales, la duración de los síntomas y los niveles de anticuerpos son alentadores y justifican una mayor exploración en ensayos clínicos más amplios con una mayor diversidad de pacientes”.
Enlace relacionado:
Clínica de la Universidad de Navarra
Instituto de Salud Global de Barcelona