Investigadores afirman que el uso universal de mascarillas podría aumentar la inmunidad a la COVID-19 en toda la población

Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 16 Sep 2020
Incluso mientras el mundo espera una vacuna contra la COVID-19, los académicos han sugerido que el uso universal de las mascarillas se podría convertir en una forma de inoculación que generaría inmunidad contra el nuevo coronavirus.

Según un informe del Sunday Telegraph, las mascarillas faciales podrían hacer, inadvertidamente, que las personas sean inmunes a la COVID-19 y que el SARS-CoV-2 los enfermen menos. En un comentario publicado en la revista, New England Journal of Medicine, los académicos han propuesto que el uso de una mascarilla facial universal podría reducir la gravedad del coronavirus y aumentar el número de nuevas infecciones asintomáticas.

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Investigaciones anteriores han sugerido que la “dosis infecciosa” o la cantidad de virus a la que está expuesta una persona durante el inicio de la infección determina la gravedad de la enfermedad. En agosto, un gran estudio publicado en la revista The Lancet mostró que la “carga viral en el momento del diagnóstico” era un “predictor independiente de mortalidad” en los pacientes hospitalarios. Como resultado, el uso de una mascarilla podría reducir la dosis infecciosa a la que está expuesto el usuario y reducir el impacto de la enfermedad, ya que la máscara filtra algunas de las gotitas que contienen virus. Con base en esta teoría, los investigadores han sugerido que el uso de mascarillas en toda la población podría asegurar una mayor proporción de pacientes asintomáticos con COVID-19.

Además, investigaciones recientes han revelado que incluso una infección leve o asintomática por coronavirus puede inducir fuertes respuestas inmunes. Esto significa que, si el uso de mascarillas reduce la gravedad del coronavirus, es probable que también aumente la inmunidad de toda la población, ya que una carga viral baja puede ser suficiente para generar una respuesta inmune, que es lo que también haría una vacuna, según el informe en el Sunday Telegraph.

“Esta idea de 'variolación', un término derivado originalmente de la era anterior a la vacuna contra la viruela, es bastante factible y se puede sumar a los efectos físicos protectores del enmascaramiento universal, mediante una estimulación de bajo nivel del sistema inmunológico del usuario cuando está expuesto a niveles bajos de SARS-CoV-2 en el aire, con lo que puede inducir una respuesta inmune pero sin ninguna infección ni enfermedad manifiesta”, dijo la Dra. Mónica Gandhi, médica de enfermedades infecciosas de la Universidad de California en San Francisco y una de las autoras del artículo, al Sunday Telegraph. “Después de todo, esta es la respuesta a una vacuna típica, donde el sistema inmunológico del receptor se estimula, subclínicamente, para producir respuestas inmunitarias protectoras para combatir la infección si se expone en una fecha futura”.

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