Injertos híbridos para combatir enfermedades cardiovasculares
Actualizado el 30 Aug 2024
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) siguen siendo un problema de salud importante y, a menudo, requieren injertos vasculares para su tratamiento. Sin embargo, estos injertos suelen presentar complicaciones, como desajustes en la elasticidad y formación de coágulos, en particular cuando se utilizan en aplicaciones de diámetro pequeño. Para abordar este problema, los investigadores han desarrollado un injerto vascular multicomponente que imita la arquitectura nativa de los vasos sanguíneos, con el objetivo de mejorar la regeneración del tejido dañado.
Investigadores del Trinity College Dublin (Dublín, Irlanda), según se informa en la revista internacional Advanced Functional Materials, emplearon una técnica de electro-escritura por fusión (MEW) para crear este injerto vascular avanzado. Este método permite la fabricación de andamios tubulares que no solo imitan a los vasos sanguíneos, sino que también están integrados con una matriz de fibrinógeno liofilizada, diseñada para degradarse a un ritmo controlado. Este injerto híbrido cumple con los estándares de implantabilidad de ISO, iguala la elasticidad de los vasos naturales y ha demostrado ser capaz de mantener un flujo fisiológico mientras minimiza la formación de coágulos en modelos preclínicos.
En la práctica, el injerto se implementó con éxito como reemplazo de la aorta abdominal en modelos de ratas, donde demostró una excelente compatibilidad sanguínea al reducir la infiltración de plaquetas y glóbulos rojos. Este avance introduce una prometedora solución lista para usar para injertos vasculares de diámetro pequeño necesarios en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares. Además, la innovación respalda el desarrollo más amplio de implantes biológicos impresos en 3D dirigidos a regenerar tejidos y articulaciones enfermos, en lugar de simplemente reemplazarlos.
“Hemos desarrollado un nuevo injerto vascular multicomponente inspirado en la arquitectura estratificada de los vasos sanguíneos nativos”, afirmó el profesor asociado David Hoey, investigador principal y autor del estudio. “Utilizando tecnologías avanzadas de biofabricación, como la electro-escritura por fusión (MEW), pudimos producir estructuras tubulares que, al combinarse con una matriz de fibrinógeno, no solo podrían replicar el comportamiento de un vaso sanguíneo, sino que también podrían actuar como una estructura guía para regenerar el tejido dañado. Este interesante injertoe cumple con los requisitos clínicos y, por lo tanto, es una solución prometedora para abordar la necesidad no satisfecha de injertos vasculares de pequeño diámetro”.
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Trinity College de Dublín