Herramienta nanoquirúrgica realiza biopsia de células vivas repetidamente durante exposición al tratamiento del cáncer
Actualizado el 01 Apr 2024
La plasticidad de las células cancerosas, un fenómeno en el que las células alteran su comportamiento, plantea un desafío importante en la terapia contra el cáncer, especialmente porque no se comprende bien. Esta adaptabilidad es particularmente evidente en las células cancerosas del glioblastoma (GBM), conocidas por su rápida adaptación, lo que conduce a resistencia contra la radioterapia y la quimioterapia. Comprender estos mecanismos adaptativos y encontrar formas de contrarrestarlos podría ser fundamental para prevenir la recurrencia del cáncer, un problema común con el GBM. Los métodos tradicionales de estudio unicelular generalmente destruyen las células durante el análisis, lo que limita las observaciones a las etapas previas o posteriores al tratamiento. Ahora, una innovadora herramienta nanoquirúrgica, aproximadamente 500 veces más delgada que un cabello humano, podría ofrecer información sin precedentes sobre la resistencia al tratamiento del cáncer.
La nanopipeta de doble cañón de alta tecnología, desarrollada por científicos de la Universidad de Leeds (West Yorkshire, Reino Unido), permite, por primera vez, observar las respuestas de las células cancerosas vivas individuales al tratamiento a lo largo del tiempo. Esta herramienta está equipada con dos agujas nanoscópicas que permiten la inyección y extracción simultáneas de la misma célula, ampliando así el ámbito de su aplicación. La naturaleza semiautomática de la plataforma mejora significativamente la velocidad de recopilación de datos, lo que permite un análisis más eficiente y preciso de una mayor cantidad de células individuales que nunca.
El dispositivo nanoquirúrgico puede realizar biopsias repetidas de una célula viva durante el tratamiento del cáncer. Toma muestras pequeñas porciones del contenido de la célula sin causar la muerte celular, lo que permite a los científicos monitorear la reacción de la célula durante un período. En su investigación centrada en GBM, los científicos utilizaron esta herramienta para evaluar cómo las células cancerosas desarrollan resistencia a la quimioterapia y la radioterapia. Debido a su tamaño minúsculo, la nanopipeta se opera mediante un software robótico que controla con precisión las diminutas agujas maniobrándolas dentro de las células y colocándolas en una placa de Petri. La segunda aguja de la nanopipeta es fundamental para el funcionamiento del dispositivo. Esta innovación facilita a los científicos tomar muestras repetidas, lo que les permite rastrear la progresión de la enfermedad en células individuales, una hazaña que antes era inalcanzable con las tecnologías existentes.
“Este es un avance significativo. Es la primera vez que contamos con una tecnología que nos permite monitorear los cambios que ocurren después del tratamiento, en lugar de simplemente asumirlos”, afirmó la Dra. Lucy Stead, profesora asociada de biología del cáncer cerebral en la Facultad de Medicina de la Universidad de Leeds. “Este tipo de tecnología proporcionará un nivel de comprensión que simplemente nunca antes habíamos tenido. Y esa nueva comprensión e información conducirán a nuevas armas en nuestro arsenal contra todos los tipos de cáncer”.
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Universidad de Leeds