Activación de redes espinales cervicales ayuda en parálisis severa
Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 21 May 2018
Un nuevo estudio sugiere que un procedimiento de estimulación espinal no invasivo y no quirúrgico puede ayudar a las personas con lesión grave de la médula espinal a recuperar el uso de sus manos y dedos.Actualizado el 21 May 2018
Desarrollado en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA; EUA) y en NeuroRecovery Technologies (Dana Point, CA, EUA), el control motor transcutáneo (TEMC) implica la neuromodulación de las redes no funcionales senso-motoras mediante la colocación de electrodos en la piel que estimulan la médula espinal cervical utilizando una corriente eléctrica aplicada a frecuencias e intensidades variables a lugares específicos. El objetivo del TEMC es restaurar los estados fisiológicos que permiten y amplifican el control muscular voluntario.
En un estudio clínico de la técnica TEMC, seis personas con LME grave, tres de ellas completamente paralizadas, se sometieron a sesiones de entrenamiento que consistieron en apretar un pequeño dispositivo de agarre 36 veces, 18 veces con cada mano, y mantener su agarre durante tres segundos, mientras que los investigadores medían la cantidad de fuerza utilizada para mantener el agarre. El período de entrenamiento consistió en dos sesiones por semana durante un período de cuatro semanas, con cada una de las ocho sesiones de aproximadamente 90 minutos.
Los resultados revelaron que después de las ocho sesiones de estimulación TEMC no invasiva y las sesiones de entrenamiento simultáneas, las fuerzas de agarre voluntarias máximas aumentaron aproximadamente un 325% (en presencia de estimulación) y alrededor del 225% (sin estimulación simultánea) en aquellos individuos con lesión cervical crónica. La fuerza máxima de agarre mejoró tanto en la mano izquierda como en la derecha, independientemente del dominio de la mano. Los participantes también mejoraron la presión arterial, la función de la vejiga, la función cardiovascular y la capacidad de sentarse en posición vertical sin apoyo. El estudio fue publicado el 13 de abril de 2018 en la revista Journal of Neurotrauma.
“Casi todos pensaron que las únicas personas que se beneficiarían con el tratamiento serían las que habían resultado heridas durante menos de un año; ese era el dogma Ahora sabemos que el dogma está muerto; todos nuestros individuos habían estado paralizados por más de un año”, dijo el autor principal, Reggie Edgerton, PhD, de la UCLA. “En un alto porcentaje de los individuos que tienen heridas graves, podemos mejorar su calidad de vida. Todo nos dice que el sistema nervioso es mucho más adaptable de lo que pensábamos, y puede volver a aprender y recuperarse de una lesión grave”.
“Como hacia la mitad de las sesiones, podía abrir la puerta de mi habitación con mi mano izquierda por primera vez desde mi lesión y podía abrir nuevas botellas de agua, cuando antes alguien más tenía que hacer esto por mí”, dijo la participante del estudio, Cecilia Villarruel, cuya lesión fue el resultado de un accidente automovilístico, 13 años antes. “La mayoría de las personas con una lesión en la médula espinal dicen que solo quieren ir al baño como una persona normal otra vez. Pequeños logros como abrir frascos, botellas y puertas permiten un nivel de independencia y autosuficiencia que es bastante satisfactorio y tiene un profundo efecto en la vida de las personas”.
Los investigadores enfatizaron que los parámetros de estimulación utilizados fueron diseñados para evitar la inducción directa de contracciones musculares, con el objetivo de permitir el desempeño de la tarea de acuerdo con el propósito voluntario del individuo.