Eliminación segura del drenaje pericárdico post taponamiento cardíaco
Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 10 Jan 2017
Actualizado el 10 Jan 2017
Después de tratar el taponamiento cardíaco que surge de la ablación del catéter de fibrilación auricular (FA), los drenes pericárdicos no requieren que se les mantenga en su sitio por un día adicional, según un nuevo estudio.
Los investigadores del Hospital John Radcliffe (Oxford, Reino Unido), realizaron un estudio de análisis descriptivo, retrospectivo, de 43 casos de taponamiento cardiaco, por complicaciones de los procedimientos de ablación con catéter de fibrilación auricular (AFCA), entre 2006 y 2015, con el fin de examinar la seguridad de la eliminación temprana de los drenajes pericárdicos. El investigador comparó a 25 pacientes en los que el drenaje se retiró temprano, con 18 pacientes a los cuales se les practicó la eliminación tradicional retrasada. Se diagnosticó taponamiento cardíaco cuando el derrame pericárdico condujo a hipoperfusión y la presión arterial sistólica bajó por debajo de 80 mm Hg.
En los casos en los que se empleó estrategia de remoción temprana, se monitorizó el espacio pericárdico para determinar la reacumulación, durante un mínimo de 30 minutos, con ecocardiografía transtorácica repetida. Una vez que se alcanzó la sequedad, se consideró que el paciente estaba listo para salir del laboratorio y el drenaje se dejó a discreción del operador para a la remoción. El grupo de eliminación retrasada fue monitorizado durante 17 horas extras, una vez que no se confirmó ninguna reacumulación. Los principales resultados incluyeron la necesidad de repetir la pericardiocentesis, los principales resultados adversos, la duración de la estancia y la necesidad de analgesia con opiáceos.
Los resultados mostraron que, en ninguno de los pacientes con FA a quienes les habían retirado los drenajes de manera temprana, era necesario repetir la pericardiocentesis antes del alta hospitalaria. También tuvieron una duración moderadamente más corta de la estancia, que sus compañeros en que la eliminación del drenaje se había retrasado pensando en la posibilidad de que volvieran a sangrar y también volvieron a la anticoagulación antes. Además, pocos pacientes con remoción temprana necesitaron analgesia opiácea (8%) en comparación con el grupo de eliminación tardía (72%). El estudio fue publicado el 15 de noviembre de 2016, en la revista JACC: Clinical Electrophysiology.
“La extirpación temprana de los drenajes pericárdicos, después del taponamiento, que complica los procedimientos de ablación del catéter de fibrilación auricular, parece ser segura y efectiva, y sin requerir reinserción en esta cohorte”, concluyeron la autora principal, Michala Pedersen, MD, y colegas. “La práctica tradicional de dejar los drenajes in situ durante 12 a 24 horas puede resultar en más molestias para el paciente y una hospitalización más prolongada. Además, puede haber beneficios para la economía de la salud”.
El taponamiento cardiaco ocurre cuando se acumula líquido en el pericardio, dando como resultado la compresión del corazón. Los síntomas suelen incluir falta de aliento, debilidad, aturdimiento y tos. Si el líquido aumenta lentamente, el saco pericárdico puede expandirse para contener más de dos litros; Sin embargo, si el aumento es rápido, una cantidad tan pequeña como 200 ml puede dar lugar a un taponamiento. Cuando el taponamiento da lugar a síntomas, es necesario el drenaje, por pericardiocentesis, una ventana pericárdica o una pericardiectomía. El taponamiento debido a una AFCA es tradicionalmente gestionado por pericardiocentesis con retraso de la eliminación del drenaje (normalmente de 12 a 24 horas más tarde) para cubrir la posibilidad de re-sangrado.
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