Impresión en 3D permite ensayar procedimientos cerebrales complejos

Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 17 Sep 2015
Un estudio reciente describe cómo se pueden utilizar modelos impresos en tres dimensiones (3D), de alta fidelidad y hechos a la medida, de las malformaciones de los vasos cerebrales para ensayar procedimientos quirúrgicos pediátricos.

Unos investigadores del Hospital Pediátrico de Boston (BCH; MA, EUA) informaron sobre los primeros cuatro casos de niños que se beneficiaron de la impresión en 3D de una parte de su anatomía antes de realizarles procedimientos cerebrales de alto riesgo. Los niños tenían edades entre dos meses y 16 años; tres de los cuatro niños tenían malformaciones arteriovenosas (MAV), mientras que el cuarto era un bebé de dos meses de edad, con una rara malformación aneurismática de la vena de Galeno (VOGM), una MAV coroidea que, por lo general, conduce a una insuficiencia cardíaca congestiva de alto rendimiento o puede presentarse con retraso en el desarrollo, hidrocefalia y convulsiones.

Imagen: Se muestra una MAV impresa en 3-D, incrustada en el tejido cerebral circundante (Fotografía cortesía del Hospital Pediátrico de Boston).

Fueron creados unos modelos 3D, de tamaño real y ampliado, en conjunto con el Programa de Simulación Hospitalaria del BCH (SIMPeds), utilizando información de resonancia magnética y arteriografía del cerebro de cada niño y se obtuvo el 98 % de coincidencia con la anatomía real de los niños. Durante la cirugía, se embolizó exitosamente la VOGM y se resecaron todas las MAV, sin complicaciones. Cuando se compararon dos de los pacientes de MAV con unos controles emparejados, para aquellos con los modelos 3-D se redujo el tiempo de su intervención quirúrgica en 30 minutos (12 %). El estudio fue publicado el 31 de julio de 2015 en la revista Journal of Neurosurgery: Pediatrics.

“Incluso para un radiólogo que se siente cómodo trabajando con imágenes y extrapolando en el computador a partir de ellas hacia el paciente, es una experiencia transformadora tener a la mano un modelo 3D”, dijo el coautor del estudio, Darren Orbach, MD, PhD, jefe de radiología intervencionista y neurointervencionista del BCH. “Nuestros cerebros funcionan en tres dimensiones y la planificación del tratamiento con un modelo impreso nos brinda una sensación intuitiva, la cual no se podría tener de otro modo”.

“Estos niños tenían una anatomía particular y sus vasos profundos eran muy difíciles de operar. Estos modelos 3-D impresos nos permitieron ensayar los casos de antemano y reducir tanto como pudimos el riesgo de la operación”, dijo el autor principal, el neurocirujano, Edward Smith, MD. “Las MAV son casos de alto riesgo y es útil conocer la anatomía para que podamos cortar los vasos en la secuencia correcta, tan rápida y eficientemente como sea posible. Es posible sostener físicamente los modelos 3-D, verlos desde diferentes ángulos, practicar la operación con instrumentos reales y obtener retroalimentación táctil”.

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Boston Children’s Hospital



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