Tratamiento mínimamente invasivo para el reflujo venoso ovárico
Por el equipo editorial de Hospimedica en Español
Actualizado el 02 Jul 2003
Un procedimiento nuevo basado en catéteres trata el reflujo venoso ovárico con embolización, que bloquea las venas agrandadas con hilos de acero pequeños. Actualizado el 02 Jul 2003
El reflujo venoso ovárico, llamado también síndrome congestivo pélvico, con frecuencia no es detectado ni tratado. Entre las causas están la endometriosis, condiciones nerviosas, enfermedades de soporte pélvico, y el trauma. En las mujeres con la condición, las válvulas en las venas pélvicas no trabajan apropiadamente, permitiendo que el flujo sanguíneo se devuelva a la pelvis. La gravedad causa que la sangre se estanque, dilatando y agrandando las venas y causando dolor pélvico sordo, presión y pesadez.
A diferencia de las venas várices en las piernas, las venas varicosas en la pelvis son difíciles de ver. El ultrasonido u otra imagenología puede no ayudar a diagnosticar la condición porque el paciente está yaciendo y las venas son propensas a aparecer como normales. Ahora, los médicos están realizando la venografía para diagnosticar la condición, un procedimiento en el que una solución de contraste es inyectada en las venas pélvicas para realzar la imagenología y revelar las anormalidades. Cuando se encuentran, son tratadas con embolización para bloquear las venas agrandadas con hilos metálicos.
"Diagnosticar el reflujo venoso ovárico ha sido difícil, porque carecíamos de una herramienta diagnóstica no invasiva capaz de evaluar la profundidad de las venas en la pelvis” explicó Anne C. Roberts, M.D., jefe de radiología vascular e intervencionista en el Centro Médico San Diego de la Universidad de California (CA, EUA). "Además, los médicos no han sido entrenados para buscar esta condición”. La Dra. Roberts habló durante conferencia de prensa sobre terapias guiadas por imagen de la Sociedad Norteamericana de Radiología (RSNA).
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U. California, San Diego