La RM usada para rastrear el daño muscular de la radiación
Por el equipo editorial de Hospimedica en Español
Actualizado el 21 Dec 2006
La resonancia magnética (RM) podría demostrar ser una herramienta útil para predecir el riesgo de lesión muscular durante y después de la radioterapia, de acuerdo con una nueva investigación. Actualizado el 21 Dec 2006
Investigadores del Hospital de Investigación Pediátrico de St. Jude (Memphis, TN, EUA) reportaron que la RM puede identificar la lesión inmediata hecha por la radioterapia a los músculos de los niños que se someten a tratamiento de radiación para tipos específicos de cáncer de tejidos blandos. Esta también indica que la RM podría ser capaz algún día de ayudar a los médicos a predecir la cantidad de daño a largo plazo que la radiación puede causar. El estudio fue publicado en la edición en línea del 25 de Octubre de 2006 de la publicación "Magnetic Resonance Imaging”.
Según Matthew Krasin, M.D., miembro asociado del Departamento de Ciencias Radiológicas del St. Jude, los hallazgos del estudio son importantes porque como los tratamientos de radiación se han vuelto más sofisticados y complejos, los médicos deben tener una manera de predecir los resultados, incluyendo los efectos colaterales, en pacientes específicos.
El estudio St. Jude demuestra que las alteraciones en las imágenes de RM captadas de los músculos antes y después de la radioterapia para el sarcoma de tejidos blandos y el sarcoma de Ewing están relacionadas no solamente con la cantidad de radiación que el niño recibió, sino también con la edad del niño y la presencia de un tumor cercano. "Esperamos que detectando esos cambios en un estadío temprano les pueda ayudar a los médicos a predecir cuáles pacientes necesitan una intervención para prevenir el daño tardío”, declaró el Dr. Krasin. Los sarcomas de tejidos blandos son tumores que crecen en los músculos, grasa, vasos sanguíneos, y otros tejidos blandos. El sarcoma de Ewing es un cáncer que aparece en el hueso o tejido blando, usualmente en los brazos, piernas, pelvis o pared torácica.
Los investigadores evaluaron los músculos de 13 pacientes antes, durante y 12 semanas después de que recibieran radioterapia para el sarcoma de tejidos blandos. Los científicos usaron una técnica llamada T2 cuantitativa para determinar la extensión de la inflamación de los tejidos antes, durante y después de la radioterapia; y una técnica llamada imagenología de resonancia magnética realzada dinámica (DEMRI, por sus siglas en inglés) para evaluar qué le sucede a la suplencia de sangre a nivel microscópico.
"Esas técnicas son maneras poderosas, no quirúrgicas de mirar en el cuerpo y estudiar los cambios microscópicos y bioquímicos que están ocurriendo en cada paciente después de la radioterapia”, declaró el Dr. Krasin.
El equipo tomó 60 imágenes de la misma área, incluyendo una vista dinámica de lo que estaba sucediendo en los músculos durante un periodo de seis minutos después de la infusión de gadolinio, un agente de contraste. "La tasa a la que el agente de contraste fluye en y fuera de una región, o si se escapa o no del vaso sanguíneo, nos ayuda a entender si la suplencia de sangre está en mala o buena condición”, dijo el Dr. Krasin. "Los cambios en las mediciones T2 pueden indicar un incremento en el edema después de la radioterapia, que es evidencia de inflamación que puede ser tratada”.
Los investigadores creen que los cambios tempranos que ven en el músculo, como filtración y edema, pueden ayudarles predecir cuánto daño ocurrirá en los músculos durante el curso de muchos meses. Según el Dr. Krasin, determinando mejor lo que causa esos cambios, los médicos podrán luego diseñar tratamientos de radiación mejores para evitar problemas potenciales o tratar el daño en una etapa más temprana.
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St. Jude Children's Research Hospital