Radioisótopo destruye las células del neuroblastoma

Por el equipo editorial de Hospimedica en Español
Actualizado el 03 Aug 2005
Uniendo un isótopo radiactivo a una sustancia que se adhiere a las células tumorales, los médicos pueden destruirlas selectivamente y mejorar el tratamiento para los niños con neuroblastoma, un cáncer del sistema nervioso periférico.

Utilizando un isótopo llamado yodo-131-meta-iodobenzilguanidina (MIBG) en 167 niños con neuroblastoma, los investigadores tuvieron éxito en alcanzar un alto número de respuestas con muy pocos efectos secundarios. Investigadores del Hospital Pediátrico de Filadelfia (PA, EUA; www.chop.edu) presentaron sus resultados de un ensayo fase II de MIBG durante la reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica en Orlando (FL, EUA) en Mayo de 2005.

El neuroblastoma, que es responsable del 10% de todos los cánceres pediátricos, aparece frecuentemente como un tumor sólido en el abdomen o el pecho. Las formas más agresivas de la enfermedad muchas veces son resistentes a la quimioterapia tradicional y a la cirugía. En el tratamiento, el MIBG se concentra selectivamente en las células tumorales del neuroblastoma. Cuando el yodo-131, un isótopo radiactivo se une al MIGB, el compuesto viaja a las células tumorales, las cuales son destruidas por la radiación del yodo. Los médicos administran MIBG en una infusión intravenosa en una habitación de hospital especialmente revestida con plomo que protege a los padres y al personal del exceso de radiación.

En el estudio, la edad de los pacientes varió entre los cuatro meses y los 25 años; todos tenían neuroblastoma resistente al tratamiento de primera línea, o habían recaído. La tasa de respuesta global al MIBG fue del 35%, con una respuesta más alta cuando el cáncer estaba limitado a la médula ósea o al hueso, y cuando la dosis fue más alta. El principal efecto secundario fue sobre las células sanguíneas, con un 28% de pacientes necesitando infusiones de células madre para contrarrestar el daño a las células de su médula ósea. Los efectos tóxicos adicionales fueron inusuales.

"MIBG es una terapia prometedora. No es una cura, pero nos trae un paso mas cerca hacia el control del neuroblastoma como una enfermedad crónica, asintomática”, dijo John M. Maris, M.D., un oncólogo pediatra del Hospital Pediátrico de Filadelfia e investigador principal del estudio multicéntrico, que fue realizado en el Hospital Pediátrico, la Universidad de Michigan (Ann Arbor, EUA), y la Universidad de California, San Francisco (EUA).





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El Hospital Pediátrico de Filadelfia

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