Miroesfereas radioactivas para el tratamiento del cáncer hepático inoperable

Por el equipo editorial de Hospimedica en Español
Actualizado el 20 Apr 2005
Un estudio nuevo encontró que los pacientes que se someten a tratamiento para el cáncer hepático con microesferas radioactivas conteniendo itrio-90 pueden tolerar una dosis única de 150 Gy o dosis repetidas de 268 Gy sin riesgo de enfermedad hepática inducida por la radiación.

El estudio evaluó los factores pre-tratamiento y los niveles de dosis de radiación que afectaban la toxicidad que puede ser usada para determinar cuáles pacientes pueden beneficiarse de las microesferas, llamadas Theraspheres, desarrolladas por Theragenics (Atlanta, GA, EUA). Debido a que muchos de los pacientes con cáncer de hígado tienen la función hepática comprometida causada por la cirrosis subyacente y/o los tumores en sí mismos, tienen riesgo aumentado de toxicidad hepática con cualquier tratamiento.

Aun cuando la escisión quirúrgica de los tumores proporciona la mejor esperanza de curación, no es posible para más de las tres cuartas partes de los pacientes con cáncer hepático primario y el 90% de los pacientes con cáncer hepático secundario. Para esos pacientes, este enfoque no-quirúrgico nuevo les da una opción que puede ofrecerles más tiempo. "Debido a que la terapia sistémica tiene el potencial de inducir efectos tóxicos sin un beneficio asociado, la confianza en el uso de los tratamientos locales y regionales como la radio-embolización se está expandiendo en los Estados Unidos”, dijo el autor del estudio Riad Salem, M.D., un radiólogo intervencionista de la Universidad del Noroeste (Evanston, IL, EUA; www.www.northwestern.edu).

La radio-embolización incorpora el isótopo radiactivo itrio-90 en las esferas embólicas para liberar la radiación directamente en el tumor. Cada esfera tiene aproximadamente el tamaño de cinco eritrocitos de diámetro. Un radiólogo intervencionista inyecta esas esferas a través de un catéter de la arteria femoral en la ingle a la arteria hepática que suple al tumor. Las esferas se acuñan dentro de los vasos tumorales, donde emiten su radiación local, causando la muerte celular al área inmediata. Este método permite una dosis de radiación local más alta sin poner en riesgo de radiación al tejido sano

El estudio demostró que el riesgo de toxicidad del tratamiento pareció estar ligado al nivel de bilirrubina total del paciente antes del tratamiento y la dosis de radiación hepática media. Puesto que los niveles de bilirrubina son usados como indicadores de función hepática y pueden predecir una posible predisposición para la toxicidad hepática, puede ayudarles a los radiólogos a elegir los pacientes idóneos para este tratamiento.

La toxicidad hepática ocurrió en el 42% de los pacientes en el estudio, sin embargo, la mayoría de las toxicidades desaparecieron después del tratamiento, y aquellas que no, fueron atribuidas a cirrosis avanzada o a progresión tumoral. La enfermedad hepática inducida por la radiación no fue observada en los pacientes, y ningún paciente murió de falla hepática atribuida al tratamiento. El estudio fue publicado en la edición de Febrero de 2005 de la revista "Journal of Vascular and Interventional Radiology”.




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Northwestern University
Theragenics

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