La RM de perfusión y difusión ayudan a los pacientes con apoplejía
Por el equipo editorial de Hospimedica en Español
Actualizado el 10 May 2004
La capacidad de los agentes trombolíticos para salvar vidas después de una apoplejía aguda, incrementa la necesidad de métodos de imagenología rápidos en la sala de urgencias, para identificar a los pacientes que podrían ser ayudados por la recanalización sin la posibilidad de hemorragia craneal. Aún si el protocolo convencional determina que la fibrinólisis debe ser administrada a los pacientes de apoplejía dentro de las tres horas siguientes al inicio de los síntomas, puede ser posible utilizar la resonancia magnética (RM) de perfusión y difusión para ayudar a adaptar la terapia para satisfacer las necesidades del paciente individual.Actualizado el 10 May 2004
La Prof. Isabelle Berry del departamento de biofísica del Hospital Rangueil (Tolosa, Francia), dijo a los participantes del Congreso Europeo de Radiología realizado en Viena, Austria, en Marzo de 2004, "Si hay un defecto de perfusión más grande que una anormalidad de difusión, entonces las células no han sufrido demasiado de isquemia y sería benéfico destapar el vaso. En la situación inversa, cuando tiene un defecto de perfusión que es del mismo tamaño como la anormalidad de difusión, o cuando la anormalidad de difusión es más grande que el defecto de perfusión, el tejido ya ha sufrido demasiado. El destaponamiento y la revisualización del tejido será un desastre, y habrá sangrado en el tejido”.
La terapia trombolítica está disminuyendo el número de pacientes que mueren o sufren una discapacidad después de la apoplejía aguda. En 18 ensayos clínicos, aleatorios, controlados, la fibrinólisis disminuyó la muerte a los tres meses y las tasas de discapacidad de 58 a 53.5%. Sin embargo, este tipo de terapia está también relacionado con un riesgo mayor de hemorragia, según los investigadores.
La imagenología realizada inmediatamente después de los síntomas es crucial para identificar cuáles pacientes con síntomas de apoplejía pueden ser apropiados para la terapia de fibrinólisis identificando los signos iniciales de infarto, incluyendo la atenuación reducida de la corteza insular, los bordes difusos de los ganglios basales y la unión entre la materia blanca y gris, y el encogimiento del surco insular o cortical como resultado del edema. El grado y la cantidad de los signos iniciales de hemorragia o infarto pueden apuntar a si una oclusión en la arteria cerebral media pueda ser tratada o no con la terapia trombolítica.
La RM de difusión y perfusión, así como la angiografía, pueden ser obtenidas en un intervalo de 30 minutos, en el departamento de urgencias. La RM de perfusión mide el grado de flujo sanguíneo cerebral, mientras que la difusión evalúa la extensión del tejido viable por la evaluación de la extensión del edema citotóxico, La RM verifica la presencia de la oclusión evaluando la permeabilidad del vaso sanguíneo.
"La combinación de la RM de difusión y perfusión añade otra dimensión, porque una incongruencia entre la difusión y la perfusión da una idea de la situación dinámica dentro del tejido”, recalcó la Prof. Berry. "Con la combinación de la información de la difusión y la perfusión, uno puede pensar o no en la fibrinólisis”.