Diseño arquitectónico para fomentar exposición a microbios

Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 26 Jul 2016
Un nuevo estudio sugiere que el diseño de la construcción y la operación deben fomentar la exposición a microbios beneficiosos, en lugar de centrarse en la desinfección de los agentes tóxicos o alergénicos.
 

Imagen: Acumulación de microbios en el ambiente interior (Fotografía cortesía de la Universidad de Yale.
Investigadores de la Universidad de Yale (Nueva Haven, CT, EUA) intentaron explorar la influencia que los microbios asociados a la construcción, tienen sobre el microbioma humano. Los niños están permanentemente expuestos a los microbios a través de encuentros con la piel de su madre, la leche materna, el aire y las superficies en las unidades neonatales, ese primer viaje a casa en automóvil, la vida en el hogar y los animales domésticos, la guardería, y después en los colegios. Y, dado que los humanos pasan más del 90% de su tiempo en sitios interiores, inhalando hasta 16.000 litros de aire por día, están expuestos continuamente al polvo del suelo y de las superficies y entran en contacto directo con las superficies, las personas y los animales domésticos.
 
Los microbios en edificios provienen en gran parte de los ocupantes humanos y animales, y de los microbios exteriores que se pueden transportar o entran a través de la ventilación. Se desprenden de los seres humanos están dominados por bacterias de la piel, incluyendo enriquecimientos altos de Actinobacteria y Staphylococcaceae, y también levaduras asociadas con la piel, tales como Malassezia. Los animales domésticos contribuyen con Porphyromonadaceae, Rhodocyclaceae, Pasteurellaceae y Bacteroidetes. Debido a la resuspensión, de polvo y microbios, debido a los humanos, de las superficies y suelos elevados, las concentraciones de bacterias y hongos en el aire interior son a menudo mayores que las de aire exterior, especialmente en edificios mal ventilados.
 
Pero esto no es necesariamente una mala cosa. La creciente evidencia empírica relaciona la protección del asma con factores ambientales conocidos para suministrar una exposición microbiana. En un ejemplo importante, los niños que se crían en las granjas de Baviera o Amish, donde las casas están muy cerca de la granja, tienen tasas significativamente más bajas de asma que la población no agrícola, en general. Esto es probablemente debido a que algunos microbios le señalan a las células blancas de la sangre que deben formar células T reguladoras, que impidan las respuestas inmunes innecesarios. Las exposiciones tempranas a estos microbios son importantes para colonizar el intestino, donde se produce una cantidad significativa de entrenamiento inmune, jugando un papel importante en la protección del asma.
 
Según los investigadores, el estudio de cómo el diseño de edificios, la ocupación y la actividad humana impactan sobre las comunidades microbianas en el interior de los mismos, pueden conducir al diseño de edificios más sanos, y permitir estudios mejores que buscan identificar las fuentes de microbios beneficiosos y perjudiciales. Y, a medida que la identidad, las funciones y concentraciones de los microbios beneficiosos siguen apareciendo, se debe colocar el enfoque en la predicción de cómo la construcción de las características del edificio impactan sobre los microbios, y cómo esto, en última instancia le dan forma al microbioma humano. El estudio fue publicado el 7 de julio de 2016, en la revista Trends in Microbiology.
 
“Una gran pregunta es cómo el diseño del edificio (por ejemplo, la distribución geográfica, los materiales de construcción, la ocupación y la ventilación) modulan la exposición microbiana, y nuestros propios microbiomas. A medida que se identifican más y más microbios beneficiosos, nosotros, los arquitectos, los ingenieros, y el público en general, debemos pensar en cómo podemos facilitar nuestra exposición a ellos”, dijo el autor principal, el profesor Jordan Peccia, PhD, del departamento de ingeniería química y ambiental de Yale. “Podemos trabajar para desarrollar nuevos métodos cuantitativos, para resolver estos problemas-- algo mejor que nuestros filtros de aire portátiles y los inhaladores”.

Enlace relacionado:
 
Yale University
 


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