Un sensor del tamaño de una astilla permite el seguimiento de la glucosa
Por el equipo editorial de Hospimedica en Español
Actualizado el 10 Dec 2004
Un monitor microscópico, totalmente funcional, mínimamente invasivo, puede ser colocado justo bajo la piel, y puede ser visto con el ojo para obtener niveles de glucosa continuos, muy exactos, gracias a un simple cambio de color.Actualizado el 10 Dec 2004
El sensor mide uno o dos milímetros de largo y 100-200 micras de ancho, penetra fácilmente en la piel, sin dolor, para que los usuarios puedan insertarlo o reinsertarlo según necesidad, y puede permanecer en operación, por lo menos, por varios días. Los colores en el sensor pequeño, el cual es de un tamaño menor a la punta de un lápiz, cambian gradualmente desde el naranja (nivel bajo de glucosa) a verde y después a azul oscuro, a medida que los niveles se elevan. Un color azul, muy oscuro, indica el nivel más alto de glucosa que se puede presentar en los diabéticos.
El sensor puede ser seguido visualmente y por telemetría electrónica, usando un dispositivo como un reloj, que el paciente usa para procesar los datos. La detección, en sí misma, no requiere baterías o la recolección de muestras de sangre. No se deteriora la superficie de la piel u otras áreas dentro de la piel y no presenta peligro de infección.
El sensor fue desarrollado por el Dr. Miklos Gratzi, profesor asociado de ingeniería biomédica de la Universidad Case Western Reserve (Cleveland, OH, EUA), y el investigador co-principal Koji Tohda, un investigador de bioingeniería en Case. El Dr. Gratzi tuvo la idea para el sensor al quitar una astilla del dedo de su hijo. Puesto que no se apreciaba una herida abierta en la piel, pensó que un sensor similar a una astilla sería ideal para todo tipo de aplicaciones ya que la piel sanaría muy rápidamente por encima de él, y después no ocurriría ningún tipo de infección.
La investigación es financiada parcialmente por la Administración Nacional Aeronáutica y del Espacio de los Estados Unidos (NASA). El sensor tiene aplicaciones potenciales obvias en el espacio para hacer el seguimiento de marcadores vitales como iones y metabolitos en los astronautas que se enferman, y para ayudarles a los médicos a hacer diagnósticos a varios miles de millas de distancia.
Muchos diabéticos se beneficiarán de esta tecnología, liberándolos de tener que tomarse muestras de sus dedos varias veces al día para monitorizar los niveles de azúcar”, anotó el Dr. Gratzi. "El monitor también les ayudaría a los médicos a vigilar de manera muy cercana los electrolitos, metabolitos y otras sustancias bioquímicas vitales en el cuerpo, principalmente en los pacientes críticamente enfermos”. Según el Dr. Gratzi, las pruebas de laboratorio in vivo del sensor en animales de laboratorio han salido bien. Reporta que el sensor estaría listo para ensayos humanos en seis meses.
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Case Western Reserve