Control estricto de la glucosa reduce la mortalidad en la UCI en 42%

Por el equipo editorial de Hospimedica en Español
Actualizado el 24 Jan 2002
Un estudio de investigadores belgas ha revelado que el control estricto de los niveles de glucosa sanguínea con terapia de insulina reduce en forma significativa la tasa de muerte y las complicaciones en la unidad de cuidado intensivo (UCI). Comparado con la terapia estándar con insulina, la insulina intensiva redujo la mortalidad en la UCI en 42%. El estudio fue publicado el 8 de Noviembre del 2001, en la revista "The New England Journal of Medicine”.

Otros estudios han relacionado los niveles de glucosa sanguínea crónicamente altos a la morbilidad y la mortalidad en los diabéticos, pero los expertos no están seguros si la hiperglicemia en los pacientes previamente no diabéticos de la UCI fue parte de una adaptación benéfica al estrés o una enfermedad que debió ser vigilada en forma más estricta. La meta de los investigadores fue aprender si el mantenimiento de los niveles de glucosa cercanos al nivel normal beneficia a los pacientes de la UCI.

El estudio prospectivo, aleatorio controlado incluyó 1,548 pacientes adultos críticamente enfermos admitidos a la UCI y con apoyo ventilatorio mecánico. Los pacientes recibieron una inyección periódica de insulina humana (de origen de ADN recombinante) y fueron colocados o en un régimen intensivo para mantener la glucosa sanguínea en el rango normal (80-110 mg/dl) o en un tratamiento estándar para mantenerla entre 180-216 mg/dl. Después de que el análisis reveló un beneficio marcado del régimen intensivo, el estudio fue descontinuado por razones éticas. La reducción de la mortalidad de 42% para el grupo de terapia intensivo ocurrió solamente en los pacientes con estancia larga en el hospital y fue debida a la prevención de la falla orgánica múltiple letal causada por infecciones severas, según los investigadores. La terapia intensiva redujo también el tiempo de estadía en la UCI, la incidencia de la bacteremia, la hemodiálisis y el apoyo ventilatorio prolongado.

La insulina usada en el estudio fue la Actrapid HM, de Novo Nordisk (Bagsvaerd, Dinamarca).





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New England Journal

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