Recomiendan no inyectar adrenalina como tratamiento de ataques cardiacos

Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 21 Aug 2018
Un nuevo estudio muestra que el uso de adrenalina en los paros cardíacos casi duplica el riesgo de daño cerebral severo de los sobrevivientes.

Investigadores de la Universidad de Warwick (Coventry, Reino Unido), el Hospital Royal United Bath (RUH; Reino Unido), el Servicio de Ambulancias de Londres (Reino Unido) y otras instituciones, realizaron un estudio en cinco servicios de ambulancias pertenecientes al Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido. El estudio incluyó a 8.007 pacientes en paro cardíaco que fueron asignados aleatoriamente para recibir adrenalina o un placebo de agua salada. Todos los involucrados en el ensayo, incluidos los equipos de ambulancias y paramédicos, desconocían cuál de los dos tratamientos recibía el paciente.

Los resultados revelaron que de 4.012 pacientes que recibieron adrenalina, el 3,2% estaban vivos a los 30 días, en comparación con el 2,4% de los 3,995 pacientes que recibieron placebo. De los pacientes que recibieron adrenalina que sobrevivieron al alta hospitalaria, el 30.1% sufrieron daño cerebral severo, en comparación con el 18.7% de los sobrevivientes que recibieron un placebo. El daño cerebral grave se definió como alguien en estado vegetativo que requiere atención constantes de enfermería, o que no podía caminar y cuidar sus propias necesidades corporales sin ayuda. El estudio fue publicado el 19 de julio de 2018 en la revista New England Journal of Medicine (NEJM).

“Encontramos que los beneficios de la adrenalina son pequeños, un superviviente adicional por cada 125 pacientes tratados, pero el uso de adrenalina casi duplica el riesgo de daño cerebral grave entre los sobrevivientes”, dijo el autor principal, el profesor Gavin Perkins, MD, de la Universidad de Warwick. “Los pacientes pueden estar menos dispuestos a aceptar tratamientos onerosos si las posibilidades de recuperación son pequeñas o el riesgo de supervivencia con daño cerebral severo es alto. Nuestro propio trabajo con los pacientes y el público antes de comenzar el ensayo identificó que la supervivencia sin daño cerebral es más importante para los pacientes que la sola supervivencia”.

“Este ensayo ha respondido a una de las preguntas más antiguas de la medicina de reanimación. Tomando los resultados en contexto de otros estudios, destaca la importancia crítica de la respuesta de la comunidad al paro cardíaco”, dijo el coautor del estudio, el profesor Jerry Nolan, MD, consultor en anestesia y medicina de cuidados intensivos en el RUH Bath. “A diferencia de la adrenalina, los miembros del público pueden hacer una diferencia mucho mayor en la supervivencia a través del aprendizaje de cómo reconocer un paro cardíaco, realizar RCP y administrar una descarga eléctrica con un desfibrilador”.

Una vez que se reconoce el paro cardíaco, la reanimación cardiopulmonar (RCP) y la desfibrilación se aplican sin demora. La aplicación de adrenalina es uno de los últimos intentos para tratar el paro cardíaco, en un esfuerzo por aumentar el flujo de sangre al corazón. Al mismo tiempo, sin embargo, también reduce el flujo sanguíneo en el cerebro, lo que puede empeorar el daño cerebral. Los estudios observacionales que involucraron a más de 500,000 pacientes han reportado una peor supervivencia a largo plazo y más daño cerebral entre los sobrevivientes que fueron tratados con adrenalina.



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