Exceso de oxígeno aumenta mortalidad en pacientes graves
Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 21 May 2018
Una nueva revisión sugiere que el oxígeno suplementario, cuando se administra demasiado liberalmente a los pacientes adultos con enfermedades agudas, aumenta el riesgo de muerte sin proporcionar un beneficio adicional.Actualizado el 21 May 2018
Investigadores de la Universidad McMaster (Hamilton, ON, Canadá) y St. Joseph's Healthcare (St. Joe's; Hamilton, Canadá), realizaron búsquedas en las bases de datos académicas electrónicas desde el inicio hasta octubre de 2017 para los ensayos controlados aleatorios que compararon los protocolos de terapia de oxígeno liberales y conservadores y las tasas de mortalidad, así como su impacto en la discapacidad, la infección y la duración de la hospitalización. Se identificaron un total de 25 estudios que abarcaron a 16,037 pacientes adultos con sepsis, accidente cerebrovascular, trauma, cirugía de emergencia, ataque cardíaco o paro cardíaco.
Los resultados revelaron que, en comparación con una estrategia conservadora de oxígeno, una estrategia liberal de oxígeno, definida como una saturación media de oxígeno periférica (SpO2) del 96%, aumentó la mortalidad en un promedio del 21%, lo que significa una muerte adicional por cada 71 pacientes tratados con una estrategia liberal de oxígeno. Otros análisis sugirieron que cuanto más pacientes con oxígeno suplementario recibieran, mayor era su riesgo de muerte, pero la incidencia de otras afecciones, como las infecciones o la duración de la estancia hospitalaria, eran similares entre los dos grupos. El estudio fue publicado el 28 de abril de 2018 en la revista The Lancet.
“Con frecuencia los pacientes reciben oxígeno suplementario y en niveles excesivos. Nuestros resultados proporcionan una aclaración muy necesaria al mostrar, con evidencia de alta calidad, que la administración de demasiado oxígeno suplementario aumenta la mortalidad en una amplia gama de enfermedades agudas”, dijo el autor principal, Derek Chu, MD, de la Universidad McMaster. “Un simple cambio en la práctica actual, ser más moderados y cautelosos con la cantidad de oxígeno que se administra a pacientes con problemas agudos, podría salvar vidas”.
El uso de oxígeno en la medicina se hizo común alrededor de 1917, y se cree que es el tratamiento más común en los hospitales del mundo desarrollado. Puede administrarse mediante una cánula nasal, una máscara o dentro de una cámara hiperbárica. En la mayoría de las condiciones se recomienda una saturación de SpO2 de 94-98%, mientras que en aquellos con riesgo de saturación de retención de dióxido de carbono (CO2) se prefieren valores de 88-92% y en aquellos con toxicidad por monóxido de carbono (CO) o paro cardíaco debe ser lo más alto posible. El aire es típicamente 21% de oxígeno por volumen, mientras que la terapia de oxígeno aumenta esto en cierta cantidad hasta en un 100%.