Dispositivo en microescala para mantener catéteres destapados
Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 26 Jun 2017
Actualizado el 26 Jun 2017
Una nueva tecnología de autolimpieza podría proporcionar a los pacientes con trastornos neurológicos y otras enfermedades, catéteres implantables fiables que podrían evitar la cirugía adicional para reemplazar los dispositivos que dejan de funcionar.
Desarrollado por investigadores de la Universidad de Purdue (Lafayette, IN, EUA), la tecnología implica dispositivos en microescala con minúsculos elementos magnéticos que se encuentran en una película delgada que se pueden colocar en los catéteres existentes. Los dispositivos micromecánicos se activan posteriormente usando fuerzas magnéticas externas con el fin de eliminar los diversos biomateriales que ensucian el catéter. Utilizando un campo magnético variable en el tiempo, cambiando su magnitud, o activándolo y desactivándolo, se crean movimientos dinámicos y vibraciones mecánicas en el poro para eliminar los biomateriales obstructivos.
Este método magnético genera una gran cantidad de fuerza, y se puede hacer sin necesidad de un circuito integrado o fuente de energía, haciéndolo mucho más simple de poner en práctica y reducir la carga del embalaje hermético para el proceso de implantación. Las evaluaciones mecánicas, incluyendo la deflexión posterior a la liberación y las respuestas estáticas y dinámicas del dispositivo, se probaron hasta ahora en sistemas de derivación crónica utilizados para el tratamiento de la hidrocefalia, que requiere desviaciones constantes del exceso de líquido cefalorraquídeo (LCR) del cerebro.
“Cuando se implanta un catéter, la reacción natural del cuerpo es protegerse contra el material extraño formando una vaina alrededor de él. Los materiales que lo tratan de obstruir, incluyendo bacterias, sangre, células inflamatorias y otros tejidos, cubren rápidamente el dispositivo, a menudo, bloqueando los poros de entrada del catéter, conduciendo a una falla prematura del dispositivo”, dijo el ingeniero biomédico, Hyowon Lee, PhD, quien desarrolló la tecnología. “Aproximadamente el 40% de los sistemas de derivación fallan en el año siguiente a la implantación, y el 85% falla en 10 años, debido principalmente a la obstrucción del catéter”.
La hidrocefalia puede causar una cabeza agrandada en los niños y causar muchos otros síntomas físicos, conductuales y cognitivos que alteran la vida en niños y adultos por igual. Más de un millón de personas en los Estados Unidos sufren de hidrocefalia, y uno a dos recién nacidos desarrollan el trastorno por cada 1.000 nacimientos. Los pacientes también pueden adquirir hidrocefalia más tarde en la vida debido a una lesión cerebral traumática (TBI) o un accidente cerebrovascular hemorrágico. Los sistemas de derivación utilizados para reducir el LCR tienen una alta tasa de falla debido a la obstrucción con materia y la sustitución del catéter fallado por lo general requiere neurocirugía, con mayor riesgo de infección y una enorme carga económica, física y emocional, para los pacientes y sus cuidadores.