Cigarrillos electrónicos no ayudan a dejar de fumar
Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 15 Feb 2016
Actualizado el 15 Feb 2016
Un nuevo estudio revela que los cigarrillos electrónicos, ampliamente promocionados como un medio para ayudar a los fumadores a dejar de fumar cigarrillos tradicionales, tienen el efecto contrario.
Investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF; EUA) realizaron una revisión sistemática y un meta-análisis de estudios observacionales y clínicos del mundo real que examinaron la asociación entre el uso de los cigarrillos electrónicos y dejar de fumar cigarrillos, entre los fumadores de cigarrillos adultos, independientemente de su motivación para el uso de los cigarrillos electrónicos y su interés en dejar de fumar. Los investigadores también controlaron muchas variables, incluyendo datos demográficos, más allá de los intentos de dejar de fumar, y el nivel de dependencia a la nicotina. El objetivo primario fue dejar de fumar cigarrillos.
En total, los investigadores encontraron 38 estudios que evaluaron la asociación entre el uso del cigarrillo electrónico y el cese de cigarrillos entre los fumadores adultos. De estos, 20 estudios que tenían grupos de control de los fumadores que no utilizaron los cigarrillos electrónicos fueron incluidos en el meta-análisis, llegando a la conclusión de que las probabilidades de dejar de fumar eran 28% más bajas en los fumadores que utilizan cigarrillos electrónicos en comparación con aquellos que no lo hicieron. Según los investigadores, la inclusión de los cigarrillos electrónicos en las leyes de cero humo y las políticas antitabaco voluntarias podría ayudar a disminuir su uso como sustituto del cigarrillo. El estudio fue publicado en línea el 14 de enero de 2016, en la revista Lancet Respiratory Medicine.
“La ironía es que dejar de fumar es una de las principales razones para que tanto los adultos como los niños utilicen los cigarrillos electrónicos, pero el efecto general es dejar de fumar menos, no más”, dijo el coautor, el profesor, Stanton Glantz, PhD, MD, director del Centro de Investigación de Control del Tabaco y Educación de la UCSF. “Si bien no hay duda de que una bocanada de un cigarrillo electrónico es menos peligrosa que una aspiración de un cigarrillo convencional, lo más peligroso de los cigarrillos electrónicos, es que mantienen a las personas fumando cigarrillos convencionales”.
Los cigarrillos electrónicos consisten en un cartucho que contiene un líquido con una concentración de nicotina de 11 mg/mL y un elemento de calentamiento alimentado con batería que evapora el líquido, simulando el efecto de fumar mediante la producción de un vapor inhalado que es menos tóxico que el de los cigarrillos normales. Fueron desarrollados, por primera vez, por Herbert Gilbert en 1963, pero los albores del cigarrillo electrónico moderno se atribuyen al farmacéutico chino, Hon Lik, quien los presentó como un dispositivo para dejar de fumar, en el año 2004.
Enlace relacionado: