Novedosos anticoagulantes dosificados erróneamente en UCI

Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 12 Mar 2015
Un tercio de los pacientes que reciben un nuevo anticoagulante oral (NOAC) tenían una dosis inadecuada en algún momento durante su estancia en la unidad de cuidados intensivos (UCI), según un estudio reciente.

Investigadores de la Universidad Fairleigh Dickinson (FDU; Teaneck, Nueva Jersey, EUA) realizaron un estudio retrospectivo que incluyó a 21 pacientes adultos, quienes recibieron entre junio de 2013 y mayo de 2014, uno de los NOAC aprobados en ese entonces, como apixaban (Eliquis, 33 % de la población del estudio), rivaroxaban (Xarelto, 43 %) o dabigatrán (Pradaxa, 24 %), en la UCI. Tres cuartas partes de esos pacientes tenían fibrilación auricular no valvular (AF) como la indicación para la medicación con el NOAC; el resto de los pacientes los recibieron como tratamiento o para la prevención de la tromboembolia venosa (TEV).

Los resultados mostraron que siete de los pacientes de la UCI que recibieron NOAC tenían dosis incorrectas, pues no se tuvo en consideración la función renal específica de seis de ellos. Para el rivaroxaban, un caso de dosificación inadecuada se debió a las interacciones medicamentosas en presencia de una insuficiencia renal grave, mientras que el otro fue un caso de dosis incorrecta para la indicación. Los dos casos de dosis inadecuada de dabigatrán y los tres casos de apixaban, se debieron a una dosificación incorrecta debido a un deterioro de la función renal. Se produjo un evento aislado de sangrado y ningún paciente requirió de hemodiálisis ni de recibir concentrado del complejo de la protrombina. El estudio fue presentado durante la reunión de la Sociedad de Medicina de Cuidados Críticos (SCCM), celebrada en enero de 2015, en Phoenix (AZ, EUA).

“Debido a que la función renal se deteriora con tanta frecuencia entre esta población y la que puede cambiar rápidamente, valdría la pena desarrollar una notificación de activación en la historia clínica electrónica para alertar al equipo de la UCI respecto a los posibles problemas de dosificación de los NOAC, cuando la depuración de creatinina caiga por debajo de un cierto nivel”, concluyeron la autora, Julie Kalabalik, Doctora en Farmacia, de la facultad de farmacia de la FDU y sus colegas.

Hasta la introducción de los NOAC, la warfarina era la principal opción de tratamiento para el control a largo plazo de los pacientes con FA, TEV u otras afecciones que requieren anticoagulación crónica. El mayor beneficio de los anticoagulantes NOAC es que no requieren un control de laboratorio estricto y frecuente, ajustes de las dosis ni restricciones en la dieta y son afectados por un menor número de interacciones con otros fármacos, que la warfarina. Por otro lado, no tienen agentes inversores específicos, pueden requerir un ajuste de dosis con base en la función renal del paciente y se carece de datos clínicos en cuanto a su seguridad y eficacia a largo plazo.

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Fairleigh Dickinson University




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