Los beta bloqueadores no ofrecen beneficio post ataque cardiaco

Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 16 Dec 2014
Un nuevo estudio cuestiona el manejo contemporáneo, con β-bloqueadores, de los pacientes con infarto del miocardio (IM) después de ser dados de alta del hospital.

Investigadores del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York (Nueva York, NY, EUA) y la Facultad de Medicina Monte Sinaí (Nueva York, NY, EUA) analizaron 60 ensayos aleatorios que evaluaron el uso de los β-bloqueadores en el infarto del miocardio. En total, 102.003 pacientes fueron incluidos en el estudio, con 14 ensayos proporcionando datos sobre un seguimiento de más de un año. Los investigadores evaluaron el impacto del status del tratamiento contemporáneo: reperfusión, aspirina y estatinas, sobre la asociación del uso temprano de los β-bloqueadores intravenosos (IV) y los resultados en pacientes de ataque cardiaco. El resultado primario fue la mortalidad por todas las causas.

Los resultados mostraron que en el IAM, los β-bloqueadores redujeron la mortalidad cardiovascular, el infarto de miocardio y la angina de pecho, en la era pre-reperfusión; no hubo diferencia para otros resultados. En la era de la reperfusión, los β-bloqueadores redujeron el IM y la angina de pecho, pero a expensas de un aumento en la insuficiencia cardíaca (IC) y el shock cardiogénico, sin beneficio para otros resultados. Los β-bloqueadores no tenían ningún beneficio sobre la mortalidad en el tratamiento contemporáneo de los ataques al corazón. El estudio fue publicado en la edición de octubre 2014 de la revista American Journal of Medicine.

“En los pacientes que están recibiendo un tratamiento contemporáneo, nuestros datos apoyan el uso de corto plazo [30 días] del uso de los bloqueadores beta para reducir ataques cardíacos recurrentes y la angina de pecho, pero esto tiene que ser sopesado ante la posibilidad del aumento de la insuficiencia cardiaca, el shock cardiogénico y la interrupción del medicamento, sin prolongar la vida”, concluyeron el autor principal, Sripal Bangalore, MD, MHA, del Centro Médico Langone de la NYU y sus colegas. “Las directrices deben reconsiderar la fortaleza de las recomendaciones para los bloqueadores beta después de un infarto de miocardio”.

Los β-bloqueadores se utilizan para el manejo de las arritmias cardíacas, protegiendo el corazón de un segundo IM después de un primer ataque cardiaco (prevención secundaria) y de la hipertensión. Ellos bloquean la acción de las catecolaminas endógenas, la epinefrina y la norepinefrina, en particular sobre los beta-receptores adrenérgicos localizados en las células de los músculos del corazón, en las vías respiratorias, las arterias, y otros tejidos que son parte del sistema nervioso simpático. También interfieren con la unión a los receptores de otras hormonas del estrés, mediando así la respuesta que controla los impulsos de lucha o huida.

Enlaces relacionados:
NYU Langone Medical Center
Mt. Sinai School of Medicine



Últimas Cuidados Criticos noticias