Novedoso conjunto de electrodos para medición de la función cerebral
Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 24 Nov 2014
Un nuevo estudio muestra que una estancia larga en la unidad de cuidados intensivos reduce drásticamente el número de especies de microbios que se encuentran en los intestinos de los pacientes.Actualizado el 24 Nov 2014
Investigadores de la Universidad de Chicago (IL, EUA), el Laboratorio Nacional de Argonne (Argonne, IL, EUA) y otras instituciones analizaron muestras fecales de pacientes seleccionados durante una estancia prolongada en una UCI para encontrar la composición de los amplicones 16S rARN de sus bacterias intestinales. Encontraron que el 30% de los pacientes tenía sólo 1-4 tipos de microbios presentes, en comparación con alrededor de 40 encontradas en los voluntarios sanos. Cuatro de los pacientes presentaron una comunidad humilde de dos miembros, compuesta por una cepa contagiosa de la levadura Candida y una cepa de bacterias patógenas como E. faecium o S. aureus.
Para examinar la virulencia potencial de las comunidades de dos miembros, los investigadores examinaron cómo se comportó el gusano Caenorhabditis elegans durante la privación de nutrientes y la exposición a los opioides, imitando las condiciones locales en el intestino durante la enfermedad crítica. En condiciones de privación de nutrientes, los miembros bacterianos atenúan la virulencia de los miembros de hongos, pero mantienen un estilo de vida comensal. Sin embargo, la exposición a opioides llevó a una ruptura en este comensalismo y la creación de un estado patógeno potencialmente mortal. El estudio fue publicado el 23 de septiembre de 2014, en la revista mBio.
“Ellos tienen un montón de chicos malos allí, pero la presencia de los chicos malos por sí sola no te dicen quién va a vivir o morir”, dijo el autor principal, el cirujano gastrointestinal John Alverdy, MD, de la Universidad de Chicago. “No es sólo cuáles microbios están ahí, pero en qué forma se comportan cuando son provocadas por las condiciones duras y hostiles de la enfermedad crítica”.
Los investigadores sugieren que los médicos traten de encontrar formas de minimizar el uso excesivo de antibióticos y estabilizar los microbios que quedan en los intestinos de los pacientes ingresados en la UCI. Sugieren que esto podría lograrse mediante la aplicación de fosfato-glicol polietileno (PEG-Pi), un agente antivirulencia que crea una abundancia local de fosfatos, evitando así la virulencia inducida por los opioides en las comunidades de patógenos y rescatando el estilo de vida comensal.
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University of Chicago
Argonne National Laboratory