Genes de factores de crecimiento prometedores para tratamiento de angina
Por el equipo editorial de Hospimedica en Español
Actualizado el 12 Mar 2002
La transferencia de genes de factor de crecimiento al corazón parece ser un tratamiento seguro y prometedor para la angina, de acuerdo con un estudio reportado en la edición en línea de Febrero 27, 2002 de Circulation. Se está controlando la seguridad y efectividad del tratamiento con el ensayo Angiogenic GENe Therapy (AGENT), el primer ensayo doble ciego controlado por placebo de la terapia en humanos.Actualizado el 12 Mar 2002
Los investigadores estudiaron 79 hombres y mujeres con enfermedad arterial coronaria, y angina de ligera a moderada. Infundieron un virus inactivo (Ad5) que contenía el gen humano FGF4 en los vasos sanguíneos que suministran sangre a los corazones de 60 hombres y mujeres. El gen FGF4 puede estimular el desarrollo de vasos sanguíneos colaterales. La edad promedio de los individuos fue de 60 años. Aproximadamente la mitad habían experimentado un ataque cardíaco previo, aproximadamente una cuarta parte habían tenido una cirugía de bypass previa, y la mitad tenía hipertensión. Otros 19 individuos que recibieron placebo sirvieron como controles.
Los investigadores determinaron que el 87% del agente de la terapia génica permanecía en el corazón, y no se pudo detectar nada del producto proteíco ligado al gen en algún otro sitio del sistema circulatorio. Esto indica que el agente se dirige y se une fuertemente a las células cardíacas.
Inclusive los pacientes más enfermos del estudio mostraron mejoras en el tiempo de ejercicio. En muchos pacientes la mejora en la prueba de esfuerzo fue comparable a la que se observa después de las intervenciones quirúrgicas o la angioplastia, dice el coautor Robert L. Engler, M.D. un profesor en la Universidad de California en San Diego (EUA) quien ayudó a desarrollar la terapia génica.
De acuerdo al Dr. Engler, los resultados del estudio son esperanzadores porque la respuesta que vimos es superior de lo que podíamos esperar. Nuestro cálculo era que podríamos haber necesitado muchos más pacientes para detectar cualquier efecto en la prueba de esfuerzo. El Dr. Engler enfatiza en que el número tan bajo de pacientes impide concluir de alguna manera sobre la efectividad de la terapia.
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University of Cal., San Diego