Técnicas genéticas para métodos terapéuticos para enfermedades cardiovasculares

Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 03 Jul 2014
Una revisión resume el estado de la técnica en el campo de los tratamientos genómicos para las enfermedades cardiovasculares.

A pesar de que las estadísticas muestran que la tasa de mortalidad por enfermedades del corazón ha caído cerca de un 39% por ciento en los últimos 10 años, las enfermedades del corazón siguen siendo la causa número uno de muerte en los Estados Unidos, matando a casi 380.000 personas al año. Como varios métodos recientes para el tratamiento de la amplia gama de enfermedades del corazón han fracasado por falta de eficacia, el autor de la revisión, el Dr. Daniel J. Rader, profesor de genética de la Universidad de Pensilvania (Filadelfia, EUA) ha sugerido que las tecnologías basadas en la genética humana tienen el potencial de identificar nuevos objetivos para los cuales la probabilidad de éxito terapéutico es considerablemente mayor.

Entre los problemas que mencionó en la edición del 4 de junio de 2014, de la revista Science Translational Medicine, se tienen: (1) Muchas compañías biofarmacéuticas han comenzado a alejarse de los esfuerzos para descubrir y desarrollar tratamientos para esta enfermedad de alta prevalencia; (2) Siete medicamentos han fallado en los estudios clínicos de fase III realizados en los últimos tres a cinco años y (3) Los modelos animales de la aterosclerosis no han demostrado ser confiables para la predicción de que los nuevos tratamientos sean eficaces para los seres humanos.

El Dr. Rader sugirió que al igual que con los recientes éxitos en la inmunoterapia del cáncer, fijar objetivos farmacológicos en la genética humana podría proporcionar mayor confianza en que un producto terapéutico dirigido a una vía en particular mostrará el beneficio clínico de la reducción de eventos cardiovasculares mayores para las personas. En su revisión, citó estudios de variantes comunes relacionadas con las enfermedades cardiovasculares de los cuales se habían obtenido casi 50 locus genéticos específicos, de todo el genoma, asociados estadísticamente de forma significativa. Menos de un tercio estaban asociados con factores de riesgo tradicionales como los niveles de LDL-C (colesterol asociado a lipoproteínas de baja densidad) o la presión arterial, dejando más de 30 locus sin ninguna asociación con factores de riesgo medibles tradicionales.

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University of Pennsylvania



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